La Unesco pide una mayor inversión para la investigación oceánica

Actualizado
  • 10/04/2024 00:00
Creado
  • 10/04/2024 00:00
Barcelona acoge la Conferencia del Decenio del Océano 2024, organizada por la Unesco para trazar las líneas de actuación que puede ofrecer la ciencia en la protección de los mares de todo el mundo

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, reclamó este miércoles en la apertura de la Conferencia del Decenio del Océano en Barcelona una mayor inversión internacional para la investigación de los océanos para el mejor conocimiento y mayor protección del gran azul en el contexto del cambio climático.

“Mucho debe hacerse aún porque tenemos objetivos cruciales en el horizonte. Nuestros mares están ahogados de calor. Cada año alcanzamos récords negativos de temperatura”, lamentó Azoulay.

La directora general de la Unesco recordó que solo se ha podido registrar en profundidad el mapa del 15% del suelo de los océanos y que las misiones al fondo de océano palidecen en número en comparación con las misiones al espacio.

“Mucho tiene que hacerse aún y puede hacerse para estudiar y proteger los océanos. Y para eso hay que invertir en ciencia y continuar con la cooperación internacional. Es difícil en los momentos de crisis y de fragmentación de la comunidad internacional que vivimos, pero si algo puede unirnos eso son los océanos”, dejó claro.

Barcelona acoge desde este miércoles la Conferencia del Decenio del Océano 2024, organizada por la Unesco y que reúne a unas 1.500 personas en la ciudad para trazar las líneas de actuación que puede ofrecer la ciencia en la salvaguarda de los mares de todo el mundo.

Azoulay fue la encargada de romper el hielo en una primera jornada en la que intervinieron mandatarios como el presidente de Cabo Verde, Jose María Neves; el de Seychelles, Wavel Ramkalawan; el primer ministro de las islas Cook, Mark Brown; y el príncipe Alberto II de Mónaco.

La contaminación de las aguas y la afectación en la salud humana, el problema de los plásticos, el impacto del tráfico marino en los animales, la preservación de las especies marinas, la explotación pesquera o el papel del océano en la regulación del clima y en la absorción de CO2 son algunos de los retos globales que se tratarán durante tres días en la capital catalana.

En el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) se reúnen por primera vez líderes políticos, legisladores, sectores marítimos, universidades, oenegés, el sector privado y la sociedad civil para impulsar nuevas colaboraciones entre los campos de la ciencia, la política y la sociedad.

A través de diversas sesiones temáticas, los participantes evaluarán hasta el viernes los logros obtenidos en el Decenio del Océano de la Unesco, que comenzó en 2021, y marcarán la hoja de ruta para los próximos años, en el horizonte de 2030.

El Decenio del Océano trabaja para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14 de la Agenda 2030, que contempla la conservación y utilización de forma sostenible de los océanos, mares y los recursos marinos, así como el establecimiento de prioridades para su futuro.

En los tres días de sesiones en Barcelona participarán 40 ponentes internacionales y 100 oradores, repartidos en cuatro grandes sesiones temáticas: contaminación marina, los ecosistemas y el nexo entre el océano y el clima; la economía oceánica sostenible y la alimentación; la observación, predicción y sistemas de alerta temprana de los océanos y, por último, el conocimiento de los océanos y de las comunidades indígenas.

De los tres días de la conferencia se espera que salga una declaración que, si bien no será vinculante para los países –como no lo son tampoco otros foros relacionados con Naciones Unidas–, sí que marcará unas directrices de actuación en cuanto a la colaboración entre gobernantes, ciencia, oenegés y sector privado en contaminación, estudio del océano, economía azul, crisis climática y biodiversidad.

Las conclusiones de Barcelona sustentarán la base de trabajo sobre próximos foros internacionales, entre ellos la Conferencia de los Océanos de Naciones Unidas que se celebrará en Niza (Francia) en 2025.

Los ponentes

El príncipe soberano de Mónaco, Alberto II, hizo este miércoles un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye la ciencia como el mejor “lenguaje común” para proteger los océanos, cuyo calentamiento provoca catástrofes naturales y extinción de especies, consecuencias que exigen “respuestas globales”.

“Los océanos enfrentan un momento crítico, hacen frente a multitud de amenazas a causa principalmente del modelo de desarrollo de los seres humanos y las decisiones que todos tomamos”, afirmó el monegasco en la apertura de la Conferencia del Decenio del Océano en Barcelona.

“A través de la ciencia debemos movilizarnos. Solo la ciencia nos permitirá entender lo que trae el futuro, nos dice las especies que están desapareciendo y nos permite anticiparnos”, apuntó.

Alberto II reclamó “compromiso internacional” con la investigación oceanográfica, un campo de estudio sobre el que Mónaco está “orgulloso” de contribuir desde tiempos de su abuelo, hace más de 150 años, explicó.

El príncipe destacó que los esfuerzos deben ser “coordinados” a nivel internacional, con la implicación de todas las naciones, pues “el calentamiento de los océanos y su conservación no solo es problema de unos pocos países o regiones”.

El presidente de Cabo Verde, José María Neves, aseguró que, ante las muchas adversidades que amenazan los océanos, como la pesca ilegal, migraciones o el tráfico de personas, esta conferencia debe servir como un catalizador de compromisos para salvaguardar la seguridad de los océanos.

“El reto al que tenemos que responder es saber si estamos o no equipados con las respuestas adecuadas”, apuntó.

Además, señaló el papel crucial que ocupan los océanos en Cabo Verde, donde el 7% del mar es áreas protegidas para conservar la biodiversidad marina: “Es la mayor riqueza natural del país”.

Por este motivo, aseguró que desde el ejecutivo se ha promovido una gobernanza sostenible del océano y el correcto mantenimiento de los recursos marinos.

Neves deseó que este encuentro entre todas las entidades interesadas en una gobernanza oceánica sirva para “marcar un antes y un después en el viaje para proteger y ensalzar los océanos”.

Por su parte, el presidente de Seychelles, Wavel Ramkalawan, puso en valor el papel de la ciencia para lograr –dijo– “el océano que queremos”.

“Debemos entender cómo funciona nuestro océano para poder salvarlo. Desbloquear los misterios del reino marino es la clave”, afirmó Ramkalawan en su intervención.

También el mandatario de islas Cook, Mark Brown, destacó que los retos a los que se hace frente son “una responsabilidad compartida que debe ser afrontada colectivamente”.

En esta línea lamentó que los océanos sean una de las áreas en las que menos se invierte en investigación.

Por ello, pidió incrementar las inversiones a nivel global para que los gobernantes puedan tomar “decisiones bien informadas a partir de la evidencia científica”.

“Debemos guiarnos por la ciencia y el conocimiento, no por el miedo”, enfatizó.

Logros y pendientes

El secretario de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la Unesco, Vidar Helgesen, hizo un balance de los primeros años del decenio, en los que consideró que se ha logrado ya algunos éxitos.

Entre ellos se impulsó un movimiento global que ha unido a gobiernos, científicos, industrias y filántropos, al tiempo que aumentó la consciencia sobre el papel de la ciencia oceánica en un desarrollo sostenible.

También se avanzó en el reconocimiento del conocimiento tradicional de las poblaciones indígenas que viven del mar, especialmente en islas de Oceanía, para incorporarlo en la literatura científica.

En total se desplegaron 52 programas para afrontar las 10 metas del decenio, con la implicación de 62 países, al tiempo que se avanzó en una red de coordinación regional y nacional con 12 centros colaboradores de la Unesco.

Pese a los avances, “también hay retos pendientes” hasta 2030, advirtió Helgesen, que citó por ejemplo los carencias en el conocimiento del fondo del mar –donde por ejemplo aún quedan numerosas especies por descubrir– y la afectación de la contaminación en el propio mar, en la salud humana y en la regulación climática.

También faltan acciones políticas más concretas a nivel global, nacional y regional basadas en la evidencia científica, y una mayor inversión en infraestructuras que permiten observar, registrar y predecir el comportamiento del mar.

“Tenemos que observar el océano tal como es, teniendo en cuenta que va cambiando, así que también debemos ir mirando cómo cambia”, subrayó Helgesen.

El diplomático noruego resaltó que los gobernantes y la industria deben colaborar para “identificar las ideas transformadoras de la ciencia en las que hay que fijarse para tomar las mejores decisiones” en la protección de los mares.

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