Preservación de los perezosos, entre retos y dificultades

Actualizado
  • 14/10/2020 00:00
Creado
  • 14/10/2020 00:00
El presidente de la Asociación Panamericana para la Conservación de estos mamíferos, en Panamá, explicó que pese a la pandemia por la covid-19 han seguido trabajando, pero con muchos recortes debido a la crisis económica

Lentos, dóciles, tímidos e inocentes, así son los perezosos (folívoros). Estos animales suelen despertar ternura en quienes tienen la oportunidad de contemplarlos de cerca. Debido a las características de su pelaje, muchos suelen confundirlos con un mono o primate, sin embargo, no guardan ninguna relación cercana a estos.

Cada año se incrementa la venta ilegal de esta especie.

El tercer sábado de octubre de cada año, se conmemora el Día Internacional del Perezoso, efeméride que surgió gracias al primer Encuentro internacional sobre el bienestar y conservación de perezosos, que se realizó en Medellín, Colombia, en el año 2010. A partir de esta reunión muchas organizaciones decidieron dar a conocer y acercar más al perezoso a las personas de todo el mundo, para que entiendan los hábitos, necesidades y por qué es necesario dejar a estos animales silvestres y endémicos en su hábitat natural.

El Día Internacional del Perezoso no es solo un festejo que busca evitar el tráfico ilegal de esta especie, también intenta frenar la venta de todo animal exótico en el mundo.

La fauna silvestre necesita su hábitat y la naturaleza precisa que estos animales sigan libres, para que se encarguen del control de otras especies, tanto animales como vegetales. Todo ser vivo tiene una función en el planeta, pero si lo arrancamos de su medio ambiente natural, este no podrá realizar su labor y traerá consecuencias graves en la naturaleza, destaca la Organización de las Naciones Unidas en su sección Ambiente (ONU Ambiente).

Con el objetivo de ofrecer un mejor cuidado y protección a los perezosos y a otras especies, la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC), una organización que rehabilita a perezosos rescatados en Panamá y cuya sede está ubicada dentro del espacio ecológico del hotel Gamboa Rainforest Reserve, lanzó en 2019 la campaña 'Salvemos a los perezosos'.

Néstor Correa, biólogo y presidente de la APPC, explicó que pese a la pandemia por la covid-19 han seguido trabajando, pero con muchos recortes debido a la crisis económica.

“Hemos tenido que trabajar con un presupuesto reducido, con poco personal. Sin embargo, nos hemos mantenido con donaciones extranjeras como son: Fondo de Conservación SeaWorld & Busch Gardens, zoológico de Indianápolis, Palm Beach Zoo, Ron Magill Conservation Endowment/Zoo Miami y Bern Hotels & Resort/Gamboa Rainforest Reserve.

“La alimentación de estos mamíferos y otros que tenemos en el santuario representa un gasto anual de 180 mil dólares, pero por la covid-19 tuvimos que bajarlo a la mitad”, detalló.

Según Correa, actualmente mantienen a unos 28 perezosos y a otros animales como ardillas y zarigüeyas. “La cantidad de animales que atendemos al año es de aproximadamente 450 a 480”.

Añadió que como parte de la reactivación del turismo, estarán abriendo este sábado 17 de octubre de 10:30 a.m. a 4:00 p.m., pero con reservas del hotel Gamboa.

“Debido a que este sábado se conmemora el día internacional, vamos a dar inicio a la reapertura del santuario, pero por el momento solo será los sábados”, señaló Correa y agregó que está trabajando un proyecto para presentarlo a Iván Eskildsen, administrador de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), a fin de mejorar la economía del país.

Manutención

Correa puntualizó que los perezosos llevan una dieta balanceada a base de leche de cabra y frutas, especialmente los bebés, por la simple razón de que sus intestinos no asimilan otro tipo de leche, de lo contrario podrían llegar a padecer una alteración digestiva que les provoca cólicos, e incluso hasta la muerte.

“Son animales muy sensibles, se estresan con mucha facilidad y esas situaciones se reflejan inmediatamente en sus sistemas respiratorio y digestivo”.

Este año la población de este mamífero aumentó, a diferencia de 2019, cuando se atendieron unos 20 casos de perezosos bebés.

Comparte que la mayoría de los perezosos que atienden son de dos dedos (Choloepus hoffmanni). “Aunque contamos también, en el área de los bebés, con uno de tres dedos (Bradypus variegatus); fue maltratado por unos niños y ahora presenta parálisis en la zona de la espalda, lumbar, sacra y en la cervical, así como también problemas con la pata delantera izquierda; no la mueve bien, por lo tanto, no lo podemos colocar en un recinto más grande, porque se puede caer”, agregó.

Correa recomendó no mantener animales silvestres como mascotas, porque al comprarlos se contribuye al comercio ilegal que acelera su extinción, lo que pone en riesgo la salud del bosque, del planeta y de los seres humanos.

“Es importante que las personas, cuando vean a un animal de estos, lo lleven de una vez a la entidad de protección animal, ya sea al Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) u otra organización. Estos mamíferos no son mascotas”, reitera Correa.

El presidente de la APPC hizo un llamado a cuidar los bosques y la fauna, ya que “a medida que vamos avanzando en población, así mismo se deforesta, se hacen más carreteras, construcciones y los animales pierden su hábitat, y por ello buscan refugio al sentirse amenazados”.

“Cuando veas a un perezoso por la carretera, detente y ayudalo a cruzar, porque su velocidad promedio es de 240 metros por hora; es decir, son muy lentos. Aunque la especie no está en peligro de extinción, presentan un comportamiento diurno y solitario. En situaciones de estrés, suelen paralizarse y esconder la cabeza dentro de los brazos”, describió.

El área donde muchos de estos animales van luego de su recuperación es a sitios protegidos, como el Parque Nacional Soberanía, el cual abarca más de 22,250 hectáreas y está ubicado en los márgenes del Canal de Panamá, a solo unos minutos del Gamboa Rainforest Resort.

A raíz de la deforestación, sus poblaciones se han reducido y por lo general se desplazan por carreteras, tendidos eléctricos y áreas residenciales cuando tratan de pasar de un área boscosa a otra. “Rara vez bajan al suelo, siempre buscan una conexión aérea y cuando no la encuentran, la mayoría de las veces, el resultado es fatal, por lo que se reportan cientos de casos de fallecimientos al año”, puntualizó.

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