El balón suizo como herramienta

  • 08/02/2015 01:00
Realizar gimnasia en casa no tiene que ser sinónimo de gastar dinero en máquinas y accesorios. 

Las pelotas suizas se vienen utilizando desde hace décadas en el campo de la rehabilitación y el ejercicio físico, pero han adquirido mayor protagonismo durante los últimos años debido a su uso como complemento ideal en rutinas seguidas por deportistas y equipos profesionales de disciplinas tan variadas como fútbol, tenis o natación.

BENEFICIOS

Cuando pensamos en realizar ejercicio físico, por ejemplo de abdominales, usualmente lo asociamos a trabajar sobre un mat o alfombrilla en el piso, la misma que se utiliza usualmente en yoga o pilates. Pero estas alfombrillas enrollables suelen tener poco ancho y amortiguación, por lo que no son prácticas para personas de mucho peso, o aquellas que tienen el coxis muy expuesto y sienten molestias por la dureza del suelo. Las pelotas suizas son ideales para ellas, ya que se acomodan sin molestia al cuerpo, facilitando tanto amortiguación como sujeción.

Al trabajar sobre una pelota añadiremos a la fuerza y elasticidad específica del ejercicio concreto, el factor del equilibrio y coordinación. Así a la par que ejercitamos, por ejemplo, nuestros miembros superiores o inferiores, estaremos realizando un importante trabajo de la parte abdominal y dorsal, involucrando para ello a una gran cantidad de músculos.

Las rutinas de pelota suiza son sencillas y pueden ser realizadas por cualquier persona que tenga una mínima condición física —estando disponibles en internet muchos videos con ejemplos— aunque siempre es recomendable acudir en primera instancia con un entrenador calificado que nos enseñe a ejecutarlos de manera correcta, sobre todo en cuanto a la posición de inicio. Las pelotas suizas son actualmente muy utilizadas también en rehabilitación, ya que son un instrumento ideal para aquellas personas con problemas lumbares y de tipo ciático derivados en gran medida de malos gestos posturales en el trabajo, el hogar o al manejar. Al trabajar con pelotas suizas podemos ampliar fácilmente nuestro programa de ejercicios incorporando también como complemento mancuernas, ligas elásticas, e incluso balones medicinales que aumentarán el grado de esfuerzo y dificultad.

TAMAÑO Y PRESIÓN

Hay diferentes fabricantes en la actualidad de pelotas suizas, pero casi todas son elaboradas en materiales plásticos tipo látex. Este tipo de goma permite que la pelota sea flexible para permitir acomodar en ella la presión de las diferentes partes del cuerpo que vamos a apoyar, pero a la vez resistente para aguantar el peso de nuestro cuerpo.

Las pelotas vienen en diferentes tamaños, teniendo en cuenta no solo la morfología del usuario, sino también los diferentes ejercicios que se pueden realizar con ella. Cuando compremos una pelota suiza tenemos que tener en consideración las instrucciones que figuren en la caja o instructivo en cuanto al diámetro adecuado. El tamaño de nuestra pelota variará según nuestra altura, a mayor altura mayor diámetro de pelota. Las pelotas más usuales son las de 65 centímetros de diámetro, que se corresponden con una persona de altura aproximada entre 1.70 a 1.75 metros. Como regla general, un tamaño adecuado será cuando estando sentados sobre la pelota, como si fuera una silla, nuestras piernas queden en ángulo recto con el abdomen, y los muslos paralelos al piso.

La superficie de la pelota puede ser completamente lisa, o tener pequeños rebordes espaciados como si se tratara de paralelos de un globo terráqueo. Ello permite un mejor agarre de las partes del cuerpo que se vayan a apoyar.

El apoyo puede ser en ocasiones estático (ya que la parte del cuerpo que se ubica en la pelota se mantiene estable, realizándose ejercicios con otras partes del cuerpo) o dinámico, si durante la realización del ejercicio se produce una traslación o rotación sobre la pelota. Cuando tengamos práctica realizando ejercicios con la pelota suiza notaremos mayor sensación de seguridad, pero si somos novatos o realizamos ejercicios de mayor complejidad, podemos tener sensación de inestabilidad y miedo de caer o resbalar con el peligro de golpearnos fuerte contra el piso.

Suma importancia tiene también la presión de aire con que vayamos a inflar nuestra pelota. De nuevo, nos debemos dejar guiar por las instrucciones precisas del fabricante, partiendo de la base de que tanto una presión insuficiente como en exceso afectarán la buena realización de nuestras rutinas de ejercicios. Sobre este particular hay que tener cuidado con el tipo de inflador, prefiriendo infladores manuales, ya que no es aconsejable acudir a compresores eléctricos porque —aunque más rápidos— pueden hinchar en exceso la pelota y deformar la goma. Si está bien inflada y sellada la pelota no debería perder aire salvo en largos periodos de tiempo, pero esto puede suceder si se almacena en lugares a alta temperatura o con exposición directa al sol. Realmente lo que sucede es que el aire interno se puede dilatar y con ella la pelota, por lo que al volver a una temperatura normal nos dará la impresión de que ha perdido aire.

El mantenimiento de las pelotas es sencillo, se pueden limpiar cada cierto tiempo con un trapo y un jabón neutro, ya que pueden recoger aceites y suciedad al ubicarlas sobre el piso.

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