El ecosistema de pagos panameño se transforma con las transacciones digitales

La transformación digital se ha convertido en una constante a lo largo de la región centroamericana, impulsada por una alta inversión tecnológica y la ruptura de paradigmas tradicionales en áreas como el comercio, el servicio al cliente y la banca. 

El avance digital que experimentaban estos países se entendió como necesario una vez que la pandemia de la Covid-19 arrasó con el ámbito físico de dinámicas sociales, tanto en el ámbito personal como comercial.

Pero más que potenciar un proceso ya inevitable, la adopción acelerada de procesos digitales ha creado en Panamá una gran oportunidad para la introducción de nuevas tecnologías y con ellas, la posibilidad de trasladar al país a un mundo más allá del efectivo, en donde más ciudadanos puedan gozar de los beneficios de la bancarización.

En Panamá se han presentado incrementos del 17% en uso de banca en línea y de 20% en banca móvil desde el inicio de la pandemia según datos internos de Mastercard. Este prometedor cambio no solo revela el estado del mercado en Panamá, sino también el nuevo perfil de los consumidores panameños y sus expectativas, como carruseles de compra integrados, asistentes virtuales y experiencias de pago 100% digitales, según el estudio La Banca Digital en América Latina.

Este crecimiento en pagos digitales podría ser traducido en un proceso de bancarización para miles de panameños, acompañado con herramientas y plataformas que permitan crear un verdadero Hub Digital para los ciudadanos. Este tema es de vital importancia en Panamá, donde menos del 50% de la población se encuentra formalizada de acuerdo con datos de Findex.

En la actualidad, Mastercard está interesada en crear un ecosistema global y modular de pagos inteligentes, eficientes y seguros, en donde socios comerciales y sus clientes puedan hacer crecer sus negocios y potenciar el nivel de las transacciones en línea. Un ecosistema que también sea capaz de promover la inclusión financiera de la mano de productos como el débito, los cuales permiten acceso a cuentas bancarias y crédito, manejo de finanzas y ahorro.

De esta manera, la empresa se ha dado a la tarea de estar en cada momento de proceso de pagos en línea, empezando con análisis e identificación de cuentas de usuarios utilizando biometría pasiva y sistemas analíticos comportamentales y de esta manera detectar usuarios falsos. Productos como Decision Intelligence, el cual calcula el nivel de riesgo de las transacciones, procesos de autenticación incorporando el estándar EMV 3DS el cual permite un mejor análisis de datos únicos provenientes de cada consumidor, haciendo las tarjetas prácticamente imposibles de clonar, hasta la aplicación de los tokens en todos los procesos de confirmación transaccional y el uso de tecnología de pago Sin Contacto.

Si bien, muchos de los procesos potenciados por la empresa ocurren detrás de la experiencia de usuario de los clientes, la adopción de pagos Sin Contacto demuestra una creciente confianza en la seguridad de estos procesos, presentando un aumento de uso en 35% de los panameños. Estos números también reflejan la reducción del tan temido y resiliente efectivo, ya que a nivel latinoamericano el 78% de los usuarios continuarían usando la tecnología.

El remplazo del uso libre de efectivo por métodos simples de pago digital y débito serán claves para corregir desigualdades marcadas en la región, y con ellas, abrir el paso en Panamá a una nueva era de crecimiento y desarrollo tecnológico.