• 22/05/2022 00:00

Mujer

Las opciones combinatorias de las decisiones en la vida son infinitas, y se puede ser mujer gestante, mujer no menstruante, mujer lesbiana, asexual o babearse por un montón de testosterona

Hay una frase maravillosa que, desde que la escuché hace un par de semanas he decidido que sea mi nueva frase favorita, atentos, lean cuidadosamente que Seguro que ustedes también la adoptan de aquí en Adelante, 'la gente se aloca y no avisa', Ja! No me digan que no es una genialidad.

Pero es que además describe a la perfección lo que le pasa a la gente cada vez con mayor frecuencia y a uno solo le queda la opción de mirarlos con perplejidad y asombro y preguntar ¿Te volviste loco, Wilfrido?

Ustedes estarán leyendo esto y se preguntaran ¿a qué viene todo esto? Pues bien, todo esto viene a lo siguiente, y voy a hablarles de varios y diferentes países, y ustedes hagan sus conexiones mentales. En España, hace apenas unos días una ministra afirmo que las mujeres tienen el derecho de poder dejar a un lado la vergüenza y el esconderse. Ahora, por ley, las mujeres podremos vivir nuestra regla abiertamente. Ya lo saben ustedes, por si no lo sabían, esta es la moda que viene, reglas abiertas, a la moda, libres de cadenas, silencios y ataduras. Ya que las mujeres ya no seremos mujeres sino seres menstruantes o persona gestante y los hombres se terminarán llamando persona que produce espermatozoides. Aunque en realidad nos estamos dejando atrás a montones de personas, a los seres que nacieron con gametos XX pero que, por lo que sea, no tienen la reglas, (por cierto, ¿las mujeres que ya no menstruamos que seremos? ¿Persona que ya no menstrua por haber celebrado demasiados años?

A ver, esto se nos está yendo de las manos, mucho.

Que el que todos los meses por muchos años de la vida de la mayoría de las personas nacidas con gen XX el útero sufra contracciones que expulsen material biológico no utilizado en la gestación de un ovario no fecundado no implica que una mujer se reduzca o se circunscriba a botar sangre por el coño una vez al mes. Y si eso es lo único que las nuevas feministas consideran relevante por mi parte podemos ir apagando e ir yéndonos.

Lo que yo quiero para las mujeres, para las de mi generación y para las que vienen, es que puedan vivir, es decir, que puedan ser lo que les dé la gana de ser, si desean ser mujeres, que puedan serlo. Y si, bien parece que hoy ya no podemos ser mujeres, nos obligan a ser aquello que algunas deciden que tenemos que ser, ya no podemos ser madres, ya las niñas no pueden desear jugar con muñecas y es anatema que una mujer decida que ella es más feliz en su casa cuidando a su familia que en la calle peleándose a puño y patada para convertirse en CEO de una multinacional. ¿Quiere decir esto que está mal que una mujer quiera enfocarse en su carrera y ser CEO y poner su carrera por encima de su vida personal? !No! ¿Se dan cuenta ustedes? Esa es la maravilla de la libertad, del libre albedrío y de criar a personas fuertes que tengan dos dedos de frente y sepan pensar por si mismas.

Porque las opciones combinatorias de las decisiones en la vida son infinitas, y se puede ser mujer gestante, mujer no menstruante, mujer lesbiana, asexual o babearse por un montón de testosterona, pero también se puede ser lesbiana asesina, mujer maltratadora e incluso ser lesbiana y no comulgar con la sarta de alelazones que últimamente nos están obligando a tragar envueltas en puñitos levantados y pañuelos morados.

Ay, si nos enfocáramos en lo que de verdad importa…

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