El dilema de los nasos

Actualizado
  • 17/07/2009 02:00
Creado
  • 17/07/2009 02:00
PANAMÁ. El pueblo Naso, suma unos 3,800 indígenas a lo largo de los ríos Teribe y San San en Bocas del Toro.

PANAMÁ. El pueblo Naso, suma unos 3,800 indígenas a lo largo de los ríos Teribe y San San en Bocas del Toro.

Aún que no tienen comarca, los nasos gozan de gran integridad social y de instituciones antiguas: una monarquía electiva; un consejo de dirigentes de que cada comunidad elige dos miembros; y una asamblea de todo el pueblo que se convoca en momentos de crisis.

Algunos dicen que la monarquía de los nasos viene de los ingleses, cuya influencia en la Costa Atlántica de Centroamérica fue fuerte durante los siglos XVII y XVIII.

Cierto o no, la historia reciente de los nasos parece una obra de Shakespeare, con un rey destituido y desterrado, y otro reconocido por el pueblo pero no fuera de él.

Los nasos viven, esencialmente, como lo han hecho durante siglos, en contacto íntimo con la naturaleza y la obligación sagrada de preservarla, pero el mundo moderno está invadiendo su tierra en la persona de una empresa hidroeléctrica.

La empresa, Hidroecológica del Teribe S.A., es propiedad de una sociedad colombiana.

Pretende construir y operar una represa en la Quebrada Bonyic dentro del Bosque Protector Palo Seco.

El 15 de junio pasado, con uno de sus últimos suspiros, el gobierno de Martín Torrijos adjudicó a la empresa una concesión para administrar esta área protegida, dando luz verde para la penetración de la tierra Naso y el desarrollo del proyecto.

Nadie de la empresa ha querido hablar con La Estrella , pero tuvimos oportunidad la semana pasada de conversar con miembros del pueblo Naso, incluyendo el “Rey” Tito Santana, sobre los efectos del proyecto.

El “Rey” Tito, de 42 años, vive en El Silencio, a veinte minutos en carro desde Changuinola, en el borde de la tierra Naso.

Fue electo el 26 de julio de 1998, venciendo a su tío César Santana. Otro tío, Valentín Santana, ganó como segundo rey.

En cuanto al proyecto hidroeléctrico, el “Rey” Tito dijo que negoció con la empresa sobre beneficios y los planteó en una asamblea.

“Participaron todos los nasos, y los nasos votaron todos a favor de que se construya la hidroeléctrica. Me autorizaron a mí como rey a suscribir un convenio, y lo hice, y de este convenio ahorita mismo estamos viendo beneficios”.

Tienen otra opinión Adolfo Villagra, presidente del Consejo de Dirigentes, y Félix Sánchez, activista opuesto al proyecto. Según ellos, el pueblo nunca lo quiso, y quería postergar conversaciones con la empresa hasta tuviera su comarca.

Tito Santana conversó con la empresa a espaldas del consejo y del pueblo.

Se hizo más promotor del proyecto que rey, lo que obligó a Villagra convocar una asamblea el 26 de mayo del 2004, donde el pueblo votó masivamente destituir al “Rey” Tito y elevar a Valentín al reinado.

Luego, seguidores de Valentín echaron a Tito del palacio en Sieyic, aunque el gobierno de Torrijos siguió con su reconocimiento.

El consejo pidió una elección, pero el gobierno de Torrijos se apoderó de ella con completo desacato para las normas Naso.

Reconoció un montón de electores que no tenían una gota de sangre Naso, cuya única calificación era que iban a votar por Tito y el proyecto. Los que apoyaron a Valentín se vieron forzados a no participar.

Esa fue la asamblea de la que Tito Santana deduce su autoridad y la popularidad del proyecto.

¿Quién tiene razón? ¿En qué lado queda el pueblo Naso? El Tribunal Electoral reportó que sólo 23% de los electores potenciales apoyaron a Tito.

La Defensoría del Pueblo, que observó la votación, concluyó que, debido a cómo se había dado, no podía resolver la crisis de liderazgo entre los nasos.

El “Rey” Tito es testigo contra sí mismo. Si gozaba del apoyo del pueblo, estaría en Seiyic no en El Silencio.

En cuanto al proyecto, los choques que han ocurrido entre los nasos y la empresa hacen difícil creer que una mayoría del pueblo está a favor.

El “Rey” Tito sigue su promoción. “La hidroeléctrica, nunca vino aquí imponiendo,” aseguró.

El patriarca de Bonyic, Ernesto Durán, un bisabuelo de 80 años, tiene otra opinión.

Para hacer su represa, la empresa tiene que hacer una carretera de acceso, pero en Bonyic, donde comienza el área protegida, nadie quiso vender la servidumbre.

LA SOLUCIÓN

En marzo de este año, vino la empresa con maquinaria y cambió el cauce del Teribe, dejando una playa de piedras de unos 20 metros de anchura. El señor Durán no estaba complacido.

“Demandé a la empresa. Fui a la ANAM y los traje, les enseñé lo que estaban haciendo. Secaron el río, ¡estos sinvergüenzas! (Mira cómo murieron los pececitos! (Cómo agarraron las bocachicas, las guabinas, los sartenes, las chupapiedras, los camarones!. Les grité, ‘Quién diablo los mandó, incorrectos. Ustedes vienen a destruir!”.

La comunidad entera hizo una huelga para no dejar pasar a los obreros, y en mayo el ingeniero Jorge Colón, un colombiano empleado por la compañía vino al lugar con un grupo grande de policías que hicieron un campamento en una colina.

“La empresa maldita,” dijo Durán. “Echaron tiroteo todas las noches. Mi señora con miedo, y la dije, ‘No les tenga miedo! Estos payasos no van a hacer nada!. Pero me dolía en el alma, porque eso no es cosa de juguete, asustar a mi señora en su propia casa.”

“Cuando los nasos no se dejaron intimidar, la empresa llevó unas decenas de presos. Decimos ‘la empresa’ porque tiene un contrato con la Policía Nacional y, a base de dinero, dispone de las unidades como si fuera su estado mayor”.

Los detenidos incluían ancianos y menores de edad. Todos fueron esposados y encañonados y llevados a la cárcel en Changuinola.

Un grupo de nasos les siguió protestaron en las calles hasta que fueron liberados tres días después.

Antes de dejar la tierra de los nasos, hice una pregunta al señor Durán: “¿Si la empresa supo andar con buenos modales, cree que podría haber un arreglo entre ella y los nasos?”.

“Buena pregunta,” dijo Ernesto Durán.

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