Una mala historia que no nos deja

Actualizado
  • 24/12/2009 01:00
Creado
  • 24/12/2009 01:00
PANAMÁ. La alegría de la víspera navideña se ensombrece, cuando la tragedia ronda el ambiente. Y es que en Panamá, las fechas cercanas a...

PANAMÁ. La alegría de la víspera navideña se ensombrece, cuando la tragedia ronda el ambiente. Y es que en Panamá, las fechas cercanas a la celebración traen consigo situaciones indeseables, principalmente entre las familias más humildes.

Ayer, un incendio consumió totalmente cuatro cuartos de alquiler en un inmueble ubicado en el sector de “Las 400” del corregimiento de Betania.

Aunque no hubo pérdidas humanas, los daños materiales son cuantiosos.

Aparte de esto, siete menores de edad se encuentran entre las 16 personas que pasarán con tristeza la tradicional celebración cristiana.

Uno de los menores resultó herido, mientras que tres y un adulto fueron trasladados al hospital de la Caja de Seguro Social, afectados por el humo.

La ayuda llegó, en forma de bolsas de comida, juguetes para los niños, colchones y otros enseres por parte de los ministerios, Vivienda y Desarrollo Social, la Junta Comunal de Betania, la Alcaldía de Panamá y la Cruz Roja.

También en Belén de Tocumen la familia Córdova sufrió, cuando un voraz incendio consumió completamente su vivienda, dejándoles a la intemperie.

UN MES TRÁGICO

La noche del 31 de diciembre de 2006, un incendio consumió los caserones 8-20 y 8-24 en el sector de Calle 13 y Avenida A en el corregimiento de El Chorrillo.

Un total de 35 familias resultaron afectadas, y 117 personas damnificadas. Recibieron el año nuevo en un albergue temporal.

El 21 de diciembre de 1993, dos bomberos murieron asfixiados en un incendio que se produjo en el local del almacén Modas Saks, ubicado en Calidonia.

Una de las tragedias más grandes en vísperas de Navidad se registró en diciembre de 1975, cuando un incendio de grandes proporciones consumión 15 casas en El Chorrillo, dejando a casi un millar de personas a la intemperie.

Muchos de los damnificados fueron reubicados en el sector de Calle Novena, San Felipe y en el edificio conocido como “El Castillo de Greyskol”.

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