La JMJ, un evento multicultural que marca a Panamá como uno de los grandes

‘Panamá, puente del mundo corazón del universo' más que un lema es una frase que toma vida en estos días con la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Basta con salir a las calles o encender un canal de televisión local para darse cuenta cómo jóvenes que ni siquiera hablan en español recorren pueblos del interior y la capital, además de su notoria participación en actividades fuera de los muros de las iglesias y propias del folklore y las tradiciones panameñas.

Las muestras de agradecimiento de parte de los peregrinos hablan de la simpatía que ya han generado los nacionales, a pesar de que no ha iniciado aún la JMJ.

La ciudad de Colón, puerta de entrada del Atlántico panameño, a pesar de todos sus problemas se ha sumado a la JMJ. En este caso, es fiel testigo de cómo Panamá es un territorio fértil para la convivencia pacífica. No importa la diferencia de idioma o de edad, tampoco hay barreras religiosas ni de otro tipo.

Como muestra de la integración y tolerancia religiosa, el imán Shalkh Mohammed Al Sayed, del Centro Cultural Islámico de Colón, explicó cómo en esta provincia y desde su fe ‘nos esforzamos y concentramos en lo que nos une y olvidamos nuestras diferencias'.

A pesar de la diferencia religiosa, han abierto sus brazos para recibir a los peregrinos católicos.

El imán narra que sin importar credo, color de la piel ni raza, han recibido a estos jóvenes, ninguno de los cuales ‘profesa la religión islámica', y han sido recibidos para brindarles el calor panameño y hacer su aporte a la JMJ, pensando en que es un encuentro del país.

El recibimiento a los peregrinos de parte de los islámicos, además de un sitio para pernoctar, incluye desayuno para los jóvenes, agua para hidratarse y el poder disfrutar de un momento de convivencia pacífica multirreligiosa, ya que jóvenes de la comunidad islámica fueron los encargados de atender a los cristianos.

Estos jóvenes han sido recibidos y tratados con todo el respeto y en un marco de tolerancia y convivencia.

Según narra el imán, lo que buscan es marcar la historia del país. Hacer que a Panamá se le recuerde ‘como uno de los grandes' en todo el mundo y quiénes mejor que los miles de jóvenes que hoy visitan el país y que han sido testigos de esto y que, se espera, se conviertan en agentes multiplicadores del ambiente de convivencia pacífica y sin barrera que se vive en el país.

Shalkh Mohammed Al Sayed, del Centro Cultural Islámico de Colón, insiste en que Panamá es un país multicultural, donde la convivencia pacífica y la tolerancia marcan la pauta.