• 22/09/2008 02:00

Bobby vs. Balbina...

Bobby Eisenmann posee bola de cristal, inteligencia superior, sabiduría extrema. Lo que él diga es “palabra de Dios” y hay que decir “te...

Bobby Eisenmann posee bola de cristal, inteligencia superior, sabiduría extrema. Lo que él diga es “palabra de Dios” y hay que decir “te alabamos señor Bobby”. En su última columna el famoso vidente asegura que todo lo que piensa ocurre —ojo Leopoldo, pierdes chamba—.

Visualiza la unión de todos los egos opositores en una sola candidatura para ir contra “los decretos malignos de Martín, el gorilismo galopante y la amenaza de Balbina”, que según él, es caótica, peligrosa, y no sabe hilvanar sus ideas y producirá un “crash landing”, que los ignorantes debemos entender esa vaina como una “despeloteichón asusteichón economeichón por la choleinchón en su goberneichón tipo chaveichón”. Es decir que debemos ser “antibalbineichón”.

En tertulia reciente en Omega Estéreo le decía en broma, pero más en serio que para ser presidente o presidenta en Panamá había que almorzar con él. Me quedé corto, hay que encajar en el “Modelo Eisenmann”, rigurosamente. No importa si la prosperidad relativa que vivimos, pese a “los decretos malignos de Martín y al gorilismo rampante”, han producido un crecimiento de la economía que llevó a Panamá al primer lugar de índice económico latinoamericano en el 2007, o que en días pasados el mercado financiero internacional elevó sustancialmente el nivel de la empresa del Canal en confiabilidad, o que el turismo tenga tal auge que la hotelería tiene “full” ocupación, como ocurre en su hotel de “Coronado es Vida”, claro que vida para los que no son de San Miguelito, o pese a que el mercado inmobiliario ha subido tanto para el nacional que sus precios son para gringos y europeos, como él lo sabe con la revitalización de sus propiedades, que añitos atrás estaban bien devaluadas. Con las crecientes ganancias de Bobby en ese sector, pese a las barbas de Daniel Delgado Diamante que tanto le irritan.

En síntesis, Bobby exige a los candidatos o candidatas que encajen en el “Modelo Bobbiano”, más difícil que ser aceptado en la famosa academia esotérica de Pitágoras.

Naturalmente Balbina no está preparada para gobernar en el mundo imaginario e ideal de Bobby. No sabe inglés, no conoce sino someramente el “stock” de última moda de Danté, no tiene el “caché” para caminar, gesticular y sonreir de Bobby, tipo Harvard. ¿Cómo iba a pulirse así, si ella sólo conoció de niña, adolescente y joven los “Diablos Rojos” para moverse? En cambio él era llevado con chofer a su escuela de lujo, con inglés y todo, gracias a los esfuerzos y visión de su gran padre y empresario, y apenas en “High School” ya había conocido diversos países, cuando Balbina todavía no había llegado sino a las playas públicas de Farfán, y tal vez en un paseo hasta Antón, sin plata para pagarse un día en el hotel de “Coronado es Vida”. ¿Cómo Balbina gobernará Panamá sin entender los índices bursátiles del Dow Jones? —me corriges si está mal Bobby—, o analizar en profundidad el “crash landing” que ella con sus estilos de San Miguelito podría provocar, y muchísimo menos, ni aun con Chapman de asesor, tiene ella capacidad para entender el recientísimo rebote técnico que disparó sorpresivamente las bolsas de valores.

Definitivamente el Panamá de Bobby es bien diferente al de Balbina.

Hasta el próximo lunes.

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