• 04/01/2009 01:00

Politiqueros, rechazamos sus cantos de sirena

El pueblo panameño es testigo de la vorágine que caracteriza el actual torneo electoral. En la medida en que se aproximan las elecciones...

El pueblo panameño es testigo de la vorágine que caracteriza el actual torneo electoral. En la medida en que se aproximan las elecciones, los aspirantes a la silla presidencial hacen derroche de la demagogia, las falsas promesas, besos y apretones de manos. Esta dinámica electorera no se corresponde con sus gestiones en cargos públicos, donde han dado madrugonazos, aprobando leyes contrarias a los intereses de la patria. Lo que pretenden ocultar con la millonaria campaña publicitaria.

En la medida en que se aproxima el 3 de mayo, el pueblo también es testigo de “para qué quieren la silla”. Un claro ejemplo es el último escándalo de corrupción de este gobierno, donde los medios de comunicación han descubierto la conexión entre copartidarios y compadres del presidente para favorecerse del “negociado” en la contratación directa de empresas en el programa de Escuelas Rancho (nueve de las doce empresas beneficiadas con contratos directos están vinculadas a familiares y políticos del actual gobierno o fueron recién creadas). Es decir, la silla presidencial les sirve para garantizar grandes negociados para ellos, sus familias, amigos, compadres, socios y copartidarios, con la más completa impunidad.

El pueblo está cansado de la corrupción, de las falsas promesas y del clientelismo electoral, que no solucionan los problemas de las grandes mayorías desposeídas. Está harto de que la oligarquía y sus partidos políticos pretendan seguir manipulándolo, con el consabido “voto por el menos malo”; cuando los cuatro candidatos son malos, porque todos responden a los mismos intereses de las 100 familias de la mafiocracia. Frente a ello, el Consejo Nacional del Suntracs, reunido el 30 de diciembre, decidió llamar a los trabajadores y al pueblo a repudiar la farsa electoral. Este rechazo se puede manifestar de distintas formas: con la abstención, voto en blanco, nulo o voto simbólico a favor de algún mártir del pueblo. Es decir, se trata de poner en alto nuestra voz de no más engaños , bajo la clara convicción de que ninguna de las candidaturas que se ofertan representan los intereses del pueblo ni constituyen ninguna opción de cambio real.

En medio del proceso electorero, debemos desarrollar esfuerzos en pro de la unidad, organización y lucha de los sectores populares para ir creando un poder popular que permita gestar las condiciones para la autoconvocatoria por parte del pueblo de una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes para barrer el injusto, excluyente e inhumano sistema de dominación económica y política que hoy impera en nuestro país.

Insistimos en la necesidad de que el pueblo rechace los cantos de sirena de los políticos corruptos, la multimillonaria campaña que ofende los altos niveles de pobreza existentes e intensifiquemos la lucha en las calles por nuestras aspiraciones y reivindicaciones: contra el alto costo de la vida, por el aumento general de salario y de las pensiones; contra los proyectos depredadores del ambiente; contra las privatizaciones, por tierra y viviendas dignas; porque se satisfaga la sed de justicia de los panameños y se ponga fin a la impunidad; por seguridad ciudadana y laboral; por educación, salud, agua, transporte, seguridad social, públicos y de calidad. En el 2009, el compromiso del pueblo trabajador es seguir avanzando en la construcción del Otro Panamá Posible.

-El autor es secretario general del Suntracs.rologe54@yahoo.com

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