• 30/04/2009 02:00

¿Por qué va a ganar el cambio?

Para muchos las elecciones son el final de una tediosa jornada, ahora espectacularmente mediatizada por la llamada telenovela de David M...

Para muchos las elecciones son el final de una tediosa jornada, ahora espectacularmente mediatizada por la llamada telenovela de David Murcia. El culebrón está picando casi que mortalmente a sus protagonistas, como los supuestos beneficiarios de los apoyos económicos a sus campañas —todos PRD’s—, los cocotudos encubridores de toda su protección oficial en tierra istmeña, sus socios locales, que han salido en estampida y ahora reniegan del colombiano, los diecisiete bancos que lo atendieron como cliente VIP, que han pasado agachados y los irresponsables del irregular manejo de su detención e inmediata deportación.. Para todos ésos a quienes les aguó la fiesta y —en el caso de los políticos—, quienes cargarán con la culpa de la derrota electoral.

Las elecciones, tal como manifesté el 7 de julio pasado en mi crónica en El Panamá América (“Un fenómeno llamado Martinelli”), serán definidas por quien más represente el cambio que urge al país.

En el Club Rotario Sur el pasado 21 de abril, a una última pregunta sobre cómo él calificaría en unas palabras su plan de gobierno, escuchamos a Martinelli responder con sólo una: “Cambio”.

Esa transformación estuvo representado con el slogan “Entran limpios y salen millonarios”, que refleja el hartazgo del pueblo con los bellacos políticos que confunden los recursos públicos con los privados y anteponen los intereses de sus partidos a los de la Nación; de allí la vigilancia ciudadana que habrá sobre los nombramientos que haga el nuevo presidente.

Los que sólo piensan en acomodar a parientes y amigos y, con tal de lograr apoyos a como dé lugar, aceptan agotar el erario en un tutiplén de botellas y prebendas.

Lo que se define por muchos el 3 de mayo es la última oportunidad que tiene la clase política para cambiar las cosas por las buenas, antes de que, por su ineficiencia y desmedida ambición, el país caiga en manos de una izquierda corrupta y dolarizada y en proyectos tiránicos como el de Venezuela.

La participación ciudadana que se promete con la propuesta de Cambio dista mucho de la palabrería que en el tema gastó falsamente el actual gobierno. Va dirigida a que la gente en sus comunidades se involucre en el giro de 180 grados que todos los sectores reclaman; desde los centros de salud a los hospitales del Estado; en las escuelas rurales, así como en las de los centros urbanos: en todo el transporte nacional, particularmente el caótico —ya casi infernal— de la capital. En esa seguridad que nos irrita a tantos y nos priva del sueño, porque su falta nos está quitando vidas y bienes en forma alarmante.

Esto es lo que explica lo que está por pasar el 3 de mayo: ¡Un Cambio y fuera los corruptos!

-El autor es abogado y político.gcochez@cableonda.net

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