• 21/05/2009 02:00

Por un agro con doble impulso

Confieso que las “propuestas” esgrimidas durante la pasada campaña electoral, poco y nada me llamaron la atención. Al menos respecto al ...

Confieso que las “propuestas” esgrimidas durante la pasada campaña electoral, poco y nada me llamaron la atención. Al menos respecto al Agro. Las percibí débiles, retrasadas, desconectadas de las realidades que vive el mundo y desde luego de este sector productivo, tradicionalmente postergado. Me fundamento en los diferentes foros y encuentros realizados por los productores y profesionales de la Ciencias Agropecuarias desde que comenzaron a soplar las Cartas de Intención, liberalizaciones de mercados, en fin. Agreguemos el Cambio Climático, la crisis alimentaria (mejor dicho, distributiva), los llamados (FAO/ONU) sobre desertificación, hambrunas, transgénicos a expensas de los ecosistemas, TLC, y la presión sobre los recursos marino costeros.

Soy de los que piensan, después de mucho ir y venir, subir y bajar lomas, que el Sector Agropecuario panameño no resiste los profundos cambios que confronta el mundo, según enunciamos arriba. En el sector público se trata de una estructura compleja, pesada, que si en su momento lo hizo, ya no responde a las exigencias del campo. Incluso la Ley (No. 12-25/1/1973) que creó este Ministerio acusa anacronismos. Por supuesto, no estoy proponiendo borrar de un plumazo el camino recorrido de experiencias, errores y logros indudables. Lo que se requiere es revisar, con sensatez y sabia maduración, los objetivos que necesariamente deben establecerse para visualizar horizontes más claros.

Un caballito de campaña fue, por ejemplo la canasta básica ; los alimentos. Se dejaron oír (calor electorero) las cosas más disparatadas, aún por voces entendidas en la materia. Poco se habló de cómo producir más y mejor, ni a qué costos; cadenas de abastos, intermediación y suministros. Como si la comida llegara del campo a nuestros platos por arte de magia. Tampoco, cómo acudir a la gran masa de campesinos de subsistencia en las serranías generadoras de pobreza o lo que es lo mismo, romper lo que he llamado el Círculo Maldito : Devastación Ambiental, Miseria, Ignorancia, Éxodo. En la última década algunos distritos han duplicado su población, otros languidecen.

Hay un elemento ético que no dejo de mencionar: La actitud de los propios productores de mercado. Aquí tiene que haber un cambio de mentalidad. No tiene caso seguir con el doble sombrero , vale decir el juega vivo rural. No en un área tan sensible como lo es la producción de alimentos. Sencillamente porque dicho sector constituye un factor estratégico del cual dependerá la gobernabilidad social, seguridad colectiva e individual, estabilidad económica y en resumidas cuentas aquel desarrollo con mayor equidad. Qué decir del paternalismo dadivoso.

Así pues, ¿volveremos realmente al agro innovadora y sosteniblemente? Evidentemente, y de acuerdo a las señales, debemos estar mejor preparados, con menor dependencia externa, al menos, del pan nuestro...

-El autor es comunicólogo para el desarrollo sostenible.agalastica@yahoo.es

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