• 05/09/2009 02:00

Pedro Almodóvar como (mal) ejemplo

Se supone que todo el mundo sabe quién es y cómo es el genial cineasta español Pedro Almodóvar. Porque, de que es excelente maestro del ...

Se supone que todo el mundo sabe quién es y cómo es el genial cineasta español Pedro Almodóvar. Porque, de que es excelente maestro del cine, lo es. Por esto del quién, y quizá por lo otro también, suele ser el centro de la atención de los medios de comunicación social, como a toda celebridad del arte, sobre todo si son excéntricos, como el cineasta.

Sucede que don Pedro expresó, recientemente, unas pedantes críticas al Papa Benedicto XVI, en un diario alemán. El cineasta se refirió al Pontífice como a una persona muy ignorante de los problemas del mundo y de la vida moderna, y criticó la posición “ conservadora ” del Romano Pontífice en los temas sobre los cuales, generalmente, tratan las películas del premiado cineasta.

No es que el Papa Benedicto XVI se haya ocupado alguna vez de Almodóvar en particular ni de sus filmes, en los cuales se halla casi siempre presente la homosexualidad. Más bien parece que el cineasta sigue el consejo que una vez dio un famoso escritor italiano (creo que Papini), al decir que si alguien más o menos conocido quería convertirse en una celebridad mundial, lo mejor que podía hacer era atacar al Sumo Pontífice, aunque fuera de palabra, o por escrito.

Esto siempre les ha funcionado.

Almodóvar recibió una muy cortés respuesta de parte del profesor Guiseppe Della Torre, presidente del Tribunal Vaticano, quien, en el diario italiano, Avvenire , le aclaró al cineasta, que “ la Iglesia está presente en todos los contextos humanos y ciertamente conoce mejor cómo funciona el mundo ”. También se preguntó a sí mismo y al lector si acaso “ ¿Cierta cinematografía quiere ser un reflejo de la realidad, o, en cambio, quiere incidir en la realidad social para modificar sus valores éticos y su cultura? ”.

En el terreno del arte cinematográfico, Pedro Almodóvar aporta su apoyo a la “ agenda homosexual ”, que se expresa, en todo el mundo, sobre todo en los Estados Unidos de América, en Europa y desde la Organización de las Naciones Unidas, como fuerzas políticas y económicas organizadas para “ modificar ”, como dice finamente el profesor Della Torre, los valores éticos y la cultura de los pueblos y naciones cuyas raíces se hunden en dos mil años de cristianismo.

En los Estados Unidos de América y en Europa se llevan a cabo luchas sociales y políticas dirigidas a la conquista y, a veces, más bien, a la imposición, de supuestos “ nuevos ” y “ modernos ” derechos arbitrariamente presentados como semillas de una nueva cultura, cuando, en realidad, constituyen las raíces enfermas de un mal que podría destruir toda la civilización; algo que, al parecer, Almodóvar no cree, o, simplemente, quizá no le importa. Un mal ejemplo, sin lugar a dudas.

*Comunicador social.miguelespinop@hotmail.com

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