• 06/10/2009 02:00

Gore vino, fue visto, cobró un billetón y se fue

Acudir a la conferencia que ofreció el ex vicepresidente de EUA, Al Gore, por momento se me antojó como un ritual, una especie de cita o...

Acudir a la conferencia que ofreció el ex vicepresidente de EUA, Al Gore, por momento se me antojó como un ritual, una especie de cita obligada para escuchar a una de las figuras más emblemáticas en el tema medioambiental, sobre todo en la tenaz campaña que ha encabezado para alertar sobre los peligros y efectos del cambio climático.

Tuve la oportunidad de ver el documental oscarizado de Gore, “ Una verdad inconveniente ”, en el cual el también ganador del premio Nobel de la Paz alerta sobre los niveles alarmantes que ha alcanzado el cambio climático, dramatizado en la contaminación por las emanaciones de hidrocarburos, el aumento de la temperatura global, inundaciones, el derretimiento de los polos y los grandes glaciares montañosos, la aparición de nuevas enfermedades, entre otras.

La llegada de Gore se dio después que la Asamblea General de la ONU había tratado el tema del calentamiento global, en la cual la nota positiva fue la variación expresada por el gobierno chino respecto a su política de desarrollo, la cual enfatizaría el uso de normas dirigidas a reducir las emanaciones contaminantes.

Fueron más de dos horas en las que Gore hizo una presentación en PowerPoint casi de memoria, con algunas actualizaciones y una que otras alusiones a Panamá, lo que percibí como una estrategia para hacer sintonía con el público que colmó la mitad de la parte inferior del Teatro Anayansi del Centro de Convenciones Atlapa.

Con imágenes impactantes de cómo lo que antes eran glaciares que coronaban las principales cordilleras del mundo se han ido derritiendo, como las del Himalaya y Los Andes, además de las míticas “ Nieves del Kilimanjaro ”; y la forma en que el hielo de los polos ha cedido ante el aumento de la temperatura, con el consiguiente incremento del nivel de los mares, el expositor presenta los principales efectos y embates del cambio climático.

Por momento sentía que en vez de estar presente en el Anayansi estaba en la sala del cine donde hace varios años vi el oscarizado documental de Gore, tan cerca y tan lejano, y me preguntaba si no hubiera sido mejor verlo por circuito cerrado o volver a mirar el material filmográfico que tanto realce le ha dado al ex vicepresidente estadounidense.

Para concluir, me di gusto de estar en un lugar en el cual por un par de hora la gente se sintió parte de jet set, donde se va por moda y para ver y ser visto. La verdad es que después de estar escribiendo por casi 20 años sobre temas ecológicos, uno espera más de expositores como Gore. Nadie le niega sus méritos y el importante rol que juega en la lucha contra el cambio climático, pero la verdad, por lo menos en mi caso, uno espera que entre el público y el expositor haya calor humano; que se sienta ese “ clic ” con el cual uno se identifica, y no esa sensación que me quedó de haberme sentado por más de dos horas para ver el mismo libreto de la versión cinematográfica.

Sin duda, Al Gore vino, fue visto, cobró un billetón y se fue.

*Periodista.ccamarena2004@gmail.com

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