• 11/12/2009 01:00

Un mensaje de fin de año

Aunque no lo quisiéramos así, cuando llega fin de año, la conciencia siempre nos traiciona al hacer cuentas sobre lo positivo y negativo...

Aunque no lo quisiéramos así, cuando llega fin de año, la conciencia siempre nos traiciona al hacer cuentas sobre lo positivo y negativo del año que termina, y nos sorprende haciendo propósitos por hacerlo mejor o diferente el año que inmediatamente comienza. También acostumbramos hacer estas cuentas en todo lo relacionado al acontecer político del país. Veamos.

Me parece que Pedro M. González acierta en cuanto a la estrategia política del gobierno; me parece que no tiene razón sobre sus intenciones. En otras palabras, pareciera que el gobierno, asentado en el poder, quisiera generar por primera vez desde la década de los 60 del siglo pasado, una alternativa de poder auténticamente y genuinamente liberal, que se constituya de la amalgama de Cambio Democrático, el Molirena y Unidad Patriótica.

No obstante, no le vemos a esa intención gubernamental la oscura agenda de querer destruir al PRD, por más que los más conspicuos representantes de éste último afirmen que así es. Todo lo contrario, observamos en esa movida política del gobierno un serio planteamiento de retome de posiciones ideológicas muy claras y definidas a partir de esta reposición, que partirían del reconocimiento de otras tres corrientes ideológico—políticas: la social democracia, el social cristianismo y el panameñismo.

Ello solo puede redundar en beneficio del fortalecimiento de la democracia panameña. Lo otro que definitivamente impactará de manera positiva cómo se hace política en el país, es el afán por cumplir las promesas de campaña: cien para los setenta, el comienzo del metro, el comienzo de la solución al transporte, la salida del Parlamento Centroamericano, las mejorías palpables en la administración del Seguro Social y como tareas pendientes en las que no obstante se han hecho serios esfuerzos: la nueva agenda de salud, educación y seguridad.

Pareciera que también el gobierno quisiera dar la imagen de que los sobresaltos institucionales fueron cosa tan solo de las primeras medidas y que se pueden y deben administrar los cambios estructurales sin necesidad de incertidumbres innecesarias. Y que, este ciclo de reformas estructurales culminaría con la propuesta de reformas tributarias, que debería representar para la clase media un alivio sobre el peso de la mayoría de la tributación del país.

Para esta fecha, el gobierno también debe haber propuesto a la Asamblea Nacional los nombres de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, y el Órgano Ejecutivo debe haber fijado el nuevo salario mínimo que regirá en el país. Sobre la sabiduría y equilibrio de estas medidas, se seguirá nutriendo la imagen de seriedad del nuevo gobierno.

Tal vez, la mejor noticia después de los sobresaltos del comienzo, es la de saberse administrado por un gobierno capaz, que sabe lo que tiene que hacer, y que está comprometido en ello, sin tener que estárselo recordando todos los días al resto de sus conciudadanos.

Feliz Navidad y Feliz 2010.

*Abogado.malcoj2@hotmail.com

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