• 15/12/2009 01:00

Un día como hoy, hace 20 años

Al cumplirse el 20 aniversario de la última intervención militar estadounidense sobre nuestro país, los grandes pendientes que existen n...

Al cumplirse el 20 aniversario de la última intervención militar estadounidense sobre nuestro país, los grandes pendientes que existen no permiten superar los traumas que afloran en el recuerdo de una parte importante de su población. Ninguno de los gobiernos que la han precedido, incluyendo varios del PRD, han querido saldar esos pendientes.

No hablo de gestos de valentía personal o políticas. Hablo de justicia. No creo es exculpar a nadie de su responsabilidad histórica como protagonista de la época. Pienso, sin embargo, que esa intervención militar fue injusta, desproporcionada por el tamaño de fuerzas empleadas que además significó un verdadero genocidio frente a un pueblo desarmado de tradición pacífica y ante una sociedad que jamás pensó en buscar una solución militar para resolver la crisis política que vivió.

Bien merecen los panameños y la comunidad internacional una explicación de esa experiencia y una reivindicación a las familias afectadas. Todo parece indicar que tendremos que esperar una nueva generación y que el tiempo borre las huellas de dolor y tristeza padecidas, para que la fecha recobré su significación y pueda inscribirse en la historia como un pasaje más de nuestra lucha por la sobrevivencia de una pequeña y joven nación. No existe argumento alguno que pueda justificar ese acto de barbarie y de prepotencia imperial, salvo la impunidad que expresa la fuerza del más poderoso.

Mi opinión es que esta se asemeja más a una operación de limpieza, que ha una verdadera confrontación de dos fuerzas militares. El discurso original ya había sido descalificado ante nuestro pueblo. Primero por las graves desviaciones en que incurrieron quienes tenían en sus manos el deber de preservar el proyecto único de Omar. Luego, por una novedosa e inédita operación de guerra sicológica que neutralizó a las masas populares, dividió a las fuerzas patrióticas y aisló a sus dirigentes del discurso de la resistencia. En ese sentido, quienes tenían la misión de jugar su papel de defender a la patria de una agresión externa, no la cumplieron.

La intervención militar se ejecuta cuando se consideró que la desmoralización y dispersión de las fuerzas eran de tal naturaleza que la oposición a ella sería un acto más simbólico que efectivo. Cuando surge un escenario internacional favorable para actuar con toda impunidad. Pese a eso, existen muchos casos aislados de heroísmo. Muchos mártires. Muchos héroes anónimos. Que ya no pertenecen a nadie en particular. Forman parte de la historia. Son parte de la difícil construcción de ésta pequeña nación. Pero son una realidad a la espera de un reconocimiento, de una mención, de un minuto de silencio.

Este 20 aniversario nos recuerda el pendiente que aún tiene la nación panameña y ojalá que no ocurra igual que los aniversarios a Victoriano Lorenzo, cuando los 15 de agosto, en el Cerro de Las negritas, se reúnen en la oscuridad de la noche, alumbrados con velas furtivas, los campesinos que aún esperan por él y que se niegan a reconocer que él forma parte de nuestra historia.

*Miembro del PRD.rvasquezch@cwpanama.net

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