• 15/01/2010 01:00

El monopolio del poder público

La estrategia del actual gobierno como administrador de la Cosa Pública, sin duda alguna, ha sido tan maquiavélicamente estructurada, ca...

La estrategia del actual gobierno como administrador de la Cosa Pública, sin duda alguna, ha sido tan maquiavélicamente estructurada, cada dato y análisis coyuntural de causa y efecto es tan bien mediatizado, que el poder se reduce cada vez más hacia una concentración maleable a la voluntad de una o varias personas.

En campaña nuestros análisis siempre apuntaron a visualizar que el objetivo inmediato del hoy presidente de la República era ganar la elección fuese como fuese, y el de largo plazo, mantenerse él o su designado como favorito para el 2014. Las circunstancias no eran tan favorables con unidades nombradas por antiguos grupos de poder, y su equipo táctico formuló, diseñó y ejecuta las medidas necesarias para controlar la funciones fundamentales de dictar, ejecutar, interpretar y aplicar a la Ley a los casos concretos que coadyuven a que la balanza del poder político se mantenga de su lado.

La estrategia del equipo de Martinelli es mantener lo más alejado posible de los conflictos al presidente, pese a ser el que permite, ordena, el sí o el no, de las acciones de control; y en último caso, dejarlo salir a la palestra pública como el gran redentor, salvador inocente; solucionador, pero nuestra cultura popular política ha adquirido una experiencia que le permite escudriñar e identificar los casos típicos de “ tira la piedra y esconde la mano ”.

El presidencialismo populista que pretende copiar Martinelli no radica solo en el “ yo mismo soy todo ”, sin la existencia de un equipo que le siga el ritmo de dueño y señor, pero que además piense por sí mismo que no para sí mismo, quizás ahí este una de las debilidades que el tiempo comenzará a dilucidar, unidades de su Gabinete totalmente rezagadas, mientras las realidades sociales siguen galopando; por otro lado, cuando la individualidad política de cada aliado comience a sentirse ensombrecida por la proyección mediática de Martinelli, que obstruye o aniquila su capacidad de ser opción electoral, los que hablaron bien hoy serán sus peores detractores.

La tendencia en la filosofía empresarial es dominar el mercado, así las cosas, Martinelli necesita controlar, monopolizar, pero para qué, de qué le serviría al ciudadano ceder libertad política si en todos los aspectos de la vida pierde, las necesidades reales sobrepasan cualquier razón de quienes administran la Cosa Pública. Ese porcentaje electoral que interpreta como poder público emanado del pueblo no implica desaparecer el contrapeso equitativo institucional que debe prevalecer. Pero a fin de cuentas, el pueblo se cansa de tanto show mediático , lo real es lo que prevalecerá, y si eso no se va concretando, aunque ejerza el monopolio del poder estatal, el poder público del pueblo emanará hacia otra dirección y de diversas formas.

*Abogado.guerraluiscarlos@hotmail.com

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