• 01/04/2010 02:00

¿Quién fue Federico Montaner?

Se le apagó la luz en la tierra, pero ella brillará en lo más profundo del cielo. Sus restos físicos nos abandonan dejando una fuerza es...

Se le apagó la luz en la tierra, pero ella brillará en lo más profundo del cielo. Sus restos físicos nos abandonan dejando una fuerza espiritual, capaz de mover los corazones más reacios. Has emprendido la senda hacia la Patria Celestial, donde tu fiel amigo Jesús, te espera con sus brazos abiertos para el reencuentro.

Ese Jesús, que tanto amaste en vida, te concede hoy el descanso eterno en su Morada Santa. Fuiste ferviente practicante de la devoción de los 9 primeros viernes de mes al Corazón de Jesús, y Jesús el amigo que nunca falla, te vino a buscar.

Federico Montaner fue un hombre trabajador, honesto, agradecido y humilde; caballero distinguido y cabal; amigo sincero y leal; hijo y hermano entregado; esposo y padre, ejemplar. Federico Montaner fue un hombre de virtudes, valores y principios religiosos, cívicos y morales los cuales constituyeron el marco dentro del cual escribió cada página de su vida. Fue amante de la buena música y de la naturaleza; siempre las disfrutó junto a su amada Cecilia Franceschi Santo Domingo, la Fula, con quien contrae matrimonio del cual nacen cinco hijos. La familia de Federico y Cecilia Montaner es todo un ejemplo de amor, sacrificio, esfuerzo y perseverancia. Juntos vivieron en amor, con amor, por amor para apoyar a sus cinco hijos.

Federico Montaner fue amigo personal del doctor Arnulfo Arias Madrid. La noche del 11 de octubre de 1968, tras conocer el golpe de Estado que lidera el entonces coronel Boris Martínez, abre las puertas de su residencia, (como lo había hecho en varias ocasiones), para que el doctor Arnulfo Arias permaneciere en ella el tiempo que dispusiere. De parte del ex presidente Arias Madrid recibió el valioso tesoro de su amistad y confianza. En el escenario de mis recuerdos siempre vivirán Santa Clara, Taboga, Guabas, en Boquete, Chiriquí y los diferentes momentos familiares compartidos siempre con el ingrediente principal como estandarte: el amor familiar.

Federico Montaner vivió para darle amor a su familia y a los amigos, y hoy, entre otras cosas, doy gracias a Dios por haberme permitido el privilegio de ser su sobrina. Gracias por todo lo maravilloso que regalaste a mi vida, gracias por ser tú, mi querido Tío Fede. Estás inserto en las mejores páginas de mi vida.

Sea el Espíritu Santo el bálsamo que derrame bendiciones sobre ti, y que ellas lleguen a mi Tía Fula y sobre ustedes, Federico, Rafael, Cruciano, Alfredo y Harmodio, primos queridos, para que la separación temporal que hoy lastima, sane en el amor del único amigo que nunca falla, Jesús.

Descansa en paz, tío Fede.

*Jubilada, residente en Boston, EE.UU.zandrafranceschi@gmail.com

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