• 18/11/2010 01:00

Gobierno acorralado

Es lo más parecido a los tiempos vividos por el emperador Tiberio. Conocido por su lujuria sin límites, vivía en incesantes orgías. Era ...

Es lo más parecido a los tiempos vividos por el emperador Tiberio. Conocido por su lujuria sin límites, vivía en incesantes orgías. Era la época en la que los patricios adoptaban a menores de edad para darles protección a cambio de servicios sexuales. La actualidad se plasma en un jefe de gobierno que convirtió en delito la inmigración ilegal, pero llamó a la policía para exigir la liberación de una menor indocumentada y acusada de robo aduciendo falsamente que era pariente del presidente de Egipto, Hosni Mubarak.

Cuando las motivaciones para incursionar en la política tienen como horizonte multiplicar la riqueza a base de corrupción y comprar impunidad, no puede esperarse un final feliz. En 1984, recibió la bendición del entonces jefe de gobierno para hacerse, a base de arreglos nada transparentes, con el monopolio de la televisión privada. Se habían conocido a bordo de un crucero en el que en el personaje animaba a los pasajeros con chistes y canciones. El ex jefe de gobierno lo recuerda por su ‘insuperable vulgaridad y su extraordinario mal gusto’.

Con el poder casi total sobre la televisión del país, acumuló riqueza e impunidad. En sus tres periodos como jefe de gobierno, ha cruzado invicto infinidad de procesos judiciales. Ahora el escenario es diferente y no ha podido someter ni a los jueces, ni al Congreso.

Los recurrentes escándalos de corrupción y de asociaciones con la mafia, han tenido recientemente mayor sordidez y pintan el crepúsculo de un gobierno decadente, que desconoce la frontera entre lo público y lo privado. Para evadir impuestos, el jefe del gobierno tiene buena parte de su patrimonio personal y empresarial en sociedades opacas. Hace poco invirtió, por lo menos, $50 millones en un desarrollo inmobiliario en Antigua y Barbuda, girados a través del Banco Arner, una caja fuerte en la que posee la cuenta corriente número uno y por la que pasan fondos ilícitos y blanqueo de capitales.

La detención de un ex militar a su servicio, corroboró el espionaje de Estado. El acusado accedió a los archivos de la guardia de finanzas para recabar información personal y patrimonial de jueces, empresarios, periodistas y opositores. El típico procedimiento de tratar de eliminar adversarios con amenazas, falsedades, expedientes y calumnias.

Como empresario ha hecho del sexo una mercancía de intercambio. ‘Cada cierto tiempo necesito una noche distendida para limpiar el cerebro de preocupaciones. Nadie a mi edad me hará cambiar mi estilo de vida’, dijo sin sonrojos. Era su reacción al más reciente escándalo protagonizado con una menor de edad de origen marroquí, quien confesó a los jueces que participó en, por lo menos, tres rituales sexuales, con sodomía incluida, por los que recibió unos $15,000 de parte del jefe de gobierno.

Al final, no han sido la rapiña de sus negocios desde el poder, sino el factor harén el que ha puesto los últimos clavos en el ataúd de un gobierno que está virtualmente muerto por la pérdida de credibilidad de su guía. Un gobierno neofascista con una lógica empresarial, que pisoteó y debilitó las instituciones democráticas y que perderá la guerra que estimuló sin medir las consecuencias.

Pero su pesadilla va más allá. Terminará perdiendo gran parte de su imperio. En solo dos días, Mediaset, la cabeza de su holding, perdió en acciones unos $600 millones. Además, nadie habla del escudo judicial para librar al jefe de gobierno de los procesos pendientes.

Es una crisis sin retorno, que puede superarse con elecciones anticipadas o con un gobierno de transición. Por el momento, la oposición está cocinando al jefe de gobierno a fuego lento, porque necesitan tiempo para organizar el poder. Mientras tanto, el Congreso deberá aprobar, a comienzos de diciembre, el presupuesto del Estado para el 2011 y un plan de estabilidad para sortear la gravísima crisis económica y social.

Ese es el plazo de vida que le queda al gobierno de Silvio Berlusconi, para cerrar su página. Solo dos años y medios después de ganar las elecciones con la más amplia mayoría de la reciente historia italiana, ahora está acorralado.

Da ‘tristeza y piedad’ que el jefe de gobierno se haya convertido en ‘un enfermo fuera de control y que su entorno se quede mirando’, dijo el semanario católico Familia Cristiana. Mientras le dan el tiro de gracia, el gobierno seguirá flotando, sin rumbo ni proyecto de país. Italia necesita un cambio. Pero ese cambio ya no lo representa Berlusconi, quien quedará retratado en la historia como el jefe de un gobierno que traicionó a sus electores.

*PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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