• 20/03/2014 03:48

Por el rescate de las iglesias del Casco Antiguo

Ciertamente nuestras iglesias guardan una valiosa historia y deben ser conservadas para salvaguardar el patrimonio nacional 

Para nadie es un secreto que a la fecha cinco (5) iglesias del Casco Antiguo de nuestra ciudad requieren con urgencia de una restauración muy costosa, que solo puede lograrse con la colaboración de todos los panameños. 

La Catedral Metropolitana —Monumento Histórico Nacional—, la Iglesia de San Francisco de Asís, la Iglesia San Felipe Neri, la Iglesia de San José (Altar de Oro) y la Iglesia de la Merced sufren de un grave deterioro estructural y daños externos e internos que requieren de rápida atención, para evitar daños irreparables e injustificables desde cualquier punto de vista. 

Como es de todos conocido, entre sus múltiples labores, la iglesia ha conservado y transmitido la cultura e historia a través de los tiempos, es por ello, que en los monasterios y catedrales se mantuvieron escuelas que gozaron de gran esplendor, y que ampararon riquísimas bibliotecas que recogieron el saber de la antigüedad y las enseñanzas de los santos padres. 

En sus edificaciones se conservan todavía verdaderos testimonios de las costumbres y el quehacer de poblaciones y épocas, y sus archivos constituyen invariablemente testimonio de la organización social de poblaciones enteras, siendo sus libros de partidas de bautismo, matrimonio, defunciones, etcétera objeto de investigación por parte de sociólogos, historiadores y demás profesionales dedicados a las ciencias sociales. 

Por todo lo indicado, no es de extrañar que se constituyera una Comisión denominada Comité Amigos de las Iglesias del Casco Antiguo, presidida por el empresario Ricardo Gago Salinero, para el rescate y conservación de las iglesias en comento. En fecha reciente, tuve la oportunidad de escuchar un testimonio del empresario Gago, en que manifiesta su admiración por la colaboración que ha encontrado de ciudadanos de todos los estratos sociales que constantemente aportan su conocimiento o peculio para contribuir a la apremiante tarea de salvar estas edificaciones, que son un homenaje a la belleza de la arquitectura colonial, a pesar de su actual condición y además un invaluable testimonio de la historia de nuestro país. 

Para brindar un ejemplo, les contamos que el Altar de Oro de la Iglesia de San José data de finales del Siglo XVII y principios del Siglo XVIII y que la fachada de la Iglesia de la Merced fue construida alrededor de 1680, y qué decir de nuestra Catedral Metropolitana, heredera de la Catedral erigida por el papa Adriano VI en la gran casa del Cacique Cémaco, cuando los españoles lo enfrentaron y ofrecieron fundar una población dedicada a Santa María de la Antigua en 1510, y que por causa del traslado de la ciudad al actual Casco Antiguo en 1673 se dispuso el levantamiento de una nueva Catedral (la actual), cuya construcción tomó 108 años, o sea, de 1688 a 1796. 

Ciertamente nuestras iglesias guardan una valiosa historia y deben ser conservadas para salvaguardar el patrimonio nacional no solo para beneficio de nuestras futuras generaciones, sino por la riqueza cultural, histórica y religiosa que mantienen. 

Por ello, en momentos en que la ciudad capital es objeto de una transformación importante, resulta también impostergable concurrir como país a la rehabilitación y rescate de estas cinco iglesias, que constituyen a no dudarlo un caudal histórico más que nacional. 

Tal ha sido el esfuerzo del Comité Amigos de las Iglesias del Casco Antiguo y la colaboración de la ciudadanía, que las cinco iglesia podrán abrir temporalmente para Semana Santa, a fin de que puedan visitarlas todos los interesados. Sin embargo, falta mucho por hacer y solo el apoyo decidido de todos permitirá la salvaguarda de estos hermosos templos. 

ABOGADO-ROTARIO. 

—COMISIÓN DE VALORES DEL CLUB ROTARIO PANAMÁ.

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