• 20/03/2014 03:43

El transporte urbano y sus cambios

El programa estatal nuestro se fundamenta en reemplazar la flota

A tres años de la sustitución del control en la operación del transporte urbano en la Ciudad de Panamá —desaparición de los diablos rojos—, de manos de los buseros y organizaciones sindicales y la entrega por parte del Estado a la empresa ‘Metrobús’, el caos del transporte en la ciudad no se ha resuelto, se agravó. 

Es una falacia querer vender la idea de que el ‘Metrobús’ es un sistema. Ejemplos reales de Metrobús han sido implementados en Lima, Ciudad de México, Bogotá y el caso más exitoso, Curitiba en Brasil. El verdadero modelo consiste en diseñar y construir corredores viales exclusivos, que separan el tráfico vehicular privado de la movilidad urbana en transporte público. Evitando la congestión de la circulación regular. Las paradas funcionan como centros de trasbordo y redistribución. 

El programa estatal nuestro se fundamenta en reemplazar la flota, el sistema de pago y algunas paradas. Los diablos rojos eran incómodos, pero cumplían su principal objetivo, ofrecer un servicio regular basado en la demanda. Hoy, los buses siguen atestados de gente y existe una tremenda disminución del servicio. Los grupos con menos recursos están obligados a realizar dichos desplazamientos, pues es su única opción. Los de mejor ingreso tiene la opción del automóvil, que tampoco es la más ideal, por el embotellamiento. Con la puesta en marcha de la nueva flota, la inversión de un modo de transporte a otro tampoco ha sido tal. 

Todo puede cobrar sentido si se implementan los carriles exclusivos, cuando la flota pueda cubrir la demanda y se configure un verdadero sistema urbano de mapas y movilidad terrestre en la ciudad bajo una administración municipal-estatal. En vez de ensanchar las vías para más autos, dicho dinero debe ser invertido en la apropiación del espacio físico, calles, para una efectiva fórmula de transporte público. Las ‘zonas pagas’, son un modelo adecuado de paradas por nuestro clima. Son más seguras y permiten el cobro del servicio. 

Aún no hay una dirección de que esta inversión resuelva el embrollo actual de los usuarios. El Metro de Panamá resolverá el transporte en Los Andes y San Isidro, pero el resto de la población seguirá aguantando el mismo caos de ahora. 

ARQUITECTO. 

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