• 11/05/2014 02:01

Suntracs y el Canal

‘El costo de estas acciones lo vamos a pagar todos los panameños, inclusive los mismos que han provocado la huelga’

El Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs) ha tomado como práctica impulsar paros y huelgas en las empresas contratistas del Canal de Panamá y los puertos, los cuales están causando grave daño al país y a quienes ellos representan. En el caso del Canal, a escasos días de haber firmado su convención colectiva con Grupo Unidos por el Canal (GUPC) en enero de 2012, Suntracs declaró una huelga en reclamo de aumentos adicionales y mejoras en las condiciones laborales.

Al intervenir, la ministra de Trabajo, Alma Cortés, resolvió el diferendo decretando aumentos mediante un decreto ley, en lugar de hacerlo por vía de la convención colectiva. Luego de que GUPC presentara un reclamo, la ACP debió cubrir el costo de los aumentos y beneficios adicionales, estimados en $35 millones. De haberlo resuelto en el marco de la convención colectiva, GUPC hubiese tenido que asumir el costo. Desde entonces, esos trabajadores perciben salarios muy superiores a los de los demás trabajadores de la construcción.

El 23 de abril pasado, Suntracs causó una nueva paralización de los trabajos de ampliación del Canal, al decretar una huelga nacional. El diferendo fue resuelto el 7 de mayo, pero ya el daño estaba hecho. Para no seguir causando perjuicios al Canal y al país, lo más sensato es que a futuro, en caso de que se produzca una reclamación laboral, Suntracs no paralice los trabajos de la ampliación. Cualquier ajuste resultante de las negociaciones podría aplicarse posteriormente sin causar más perjuicios al Canal y al país.

Hasta 2013, luego de 14 años bajo administración panameña, el Canal había aportado $8,500 millones al fisco, un promedio anual de más de $600 millones. Una vez el Canal ampliado esté en servicio, la ACP incrementará sustancialmente sus ingresos y sus aportes al Estado. Pero los retrasos causados por Suntracs y GUPC tienen el efecto de reducir los ingresos del Canal en cerca de $1 millón diarios, con el consiguiente impacto adverso en los aportes al Estado.

Esa disminución de los aportes afectará, a su vez, las inversiones dirigidas a satisfacer las necesidades de las clases más necesitadas, las mismas que dicen defender Suntracs y su aliado político, el Frente Amplio por la Democracia (FAD). Lo irónico es que en entrevista sobre el tema a una televisora local, el secretario general de Suntracs, Saúl Méndez, alegó que la huelga era ‘un problema entre Grupo Unidos por el Canal y la ACP’. También afirmó, falsamente, que el contrato entre GUPC y la ACP es un secreto.

En el primer caso, la huelga no es solo un problema entre Suntracs y GUPC, pues esta ya indicó su intención de presentar un reclamo a la ACP, lo que agrava el impacto de la huelga. También afecta las posibilidades de Panamá de convertirse en un centro logístico mundial, lo que a su vez generaría miles de empleos bien remunerados. Y en el segundo caso, Méndez sabe muy bien que el contrato entre GUPC y la ACP está disponible en el sitio web de la agencia canalera. Además, en reunión con el administrador de la ACP, Jorge Quijano, este le entregó una copia del contrato. Cabe mencionar que, mientras en Italia se inicia el embarque de la primera compuerta del segundo embarque, en Panamá, Suntracs obstaculiza los trabajos de ampliación.

El costo de estas acciones lo vamos a pagar todos los panameños, inclusive los mismos que han provocado la huelga. Otros elementos claves del clúster marítimo de Panamá, como son los puertos de Balboa, Cristóbal y Manzanillo (MIT), han sido víctimas de huelgas promovidas por Suntracs. Ello me recuerda las huelgas decretadas hace décadas en Puerto Armuelles por el sindicato bananero. En virtud de ellas, la actividad bananera perdió competitividad y la empresa decidió abandonar Panamá. Hoy día, Puerto Armuelles es una ciudad fantasma.

Será eso lo que busca Suntracs: crear las condiciones propicias para que el socialismo del Siglo XXI sea viable en Panamá. Seguramente nuestro sabio electorado ya lo descubrió y actuó en consecuencia, eliminando el 4 de mayo pasado al FAD como opción política en las próximas elecciones.

PERIODISTA

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