• 20/06/2014 02:00

Accidentes de tránsito y sus causas

Los hechos de tránsito han obligado a la mayoría de países a ir modificando su legislación

Son muchas las alarma que hay en la comunidad por la creciente cantidad de hechos de tránsito, muchos de ellos con consecuencias graves y fatales en sus resultados y son muchas las opiniones que al respecto nos consultan, prefiero repetir por medio de esta entrega, cuáles son sus verdaderas causas y la manera sencilla, cómo pueden ser minimizados en cantidad de los mismos y en la calidad de sus consecuencias. Consciente estoy en que muchos no compartirán nuestra opinión, pero quisiera que se pusiera en práctica por unos pocos meses lo que recomendamos y observáramos sus resultados.

En el mundo entero y desde hace varias décadas, los estudios realizados en materia de accidentes de tránsito, revelan que es el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del licor y el mal estado mecánico de los vehículos, las verdaderas causas de los accidentes de tránsito, aún tomando en cuenta que han surgido otras causas como consecuencia del modernismo, tal como los instrumentos de comunicación modernos, cuando los mismos se utilizan mientras se conduce.

En el mundo entero igualmente, se ha dado un aumento apreciable de los hechos de tránsito, que han obligado a la mayoría de países a ir modificando su legislación en materia de tránsito, desde el establecimiento de los mejores sistemas de educación vial, desde la educación elemental hasta el endurecimiento de las sanciones y modalidad de las mismas, aplicables a quienes sean los causantes de los accidentes de tránsito. Nuestro país, sin embargo, se ha quedado rezagado en la búsqueda e implementación de sistemas y métodos efectivos de políticas orientadas a minimizar la cantidad y las consecuencias de los accidentes.

La doctrina nos enseña que los elementos de la circulación vial son el hombre conductor y peatón, la máquina y la vía, de los cuales es el hombre, el principal causante de los accidentes de tránsito. En nuestro país, yo agrego al hombre autoridad. Lo anterior, porque no podemos desconocer la importancia del nacimiento del invento del automóvil, en el desarrollo socioeconómico y cultural de la humanidad. Desafortunadamente, los accidentes de tránsito se encuentran entre las principales causas de muerte en el mundo y la conducta humana, es el principal factor productor de estos hechos, la imprudencia, la negligencia, la impericia y la inobservancia de las normas que rigen la conducción de vehículos y el uso de las vías, son las conductas generadoras de los accidentes de tránsito, con el consiguiente resultado de daños, lesiones a la integridad física del ser humano y sus consiguientes perjuicios. El hombre viviendo en sociedad, por la importancia de ese objeto que es el automóvil y por las consecuencias que se derivan de su uso, debe reglamentar seriamente la materia, mediante legislaciones apropiadas.

Para quienes tanto nos preguntan sobre las verdaderas causas de los accidentes de tránsito en nuestro país, la respuesta es muy sencilla, vivimos en una completa anarquía en materia de tránsito y circulación vial en nuestras calles, avenidas y carreteras. Lo anterior, producto de la irresponsabilidad de la mayoría de conductores y peatones, que compartimos el uso de las vías y por la indiferencia y el poco importar de las autoridades que regulan la materia. Los conductores panameños nos distinguimos por no respetar las normas vigentes de tránsito si no hay agentes de tránsito a la vista y los agentes de tránsito, son en la actualidad, una especie en peligro de extinción.

Recientemente vi publicado en un diario de la localidad información relativa a la cantidad de boletas por exceso de velocidad impuestas por los agentes de tránsito en el país, son miles, pero siendo una de las infracciones que más accidentes fatales produce, es una de las sancionadas con multas muy bajas, en este caso, es de cincuenta balboas. En algunos países, el exceso de velocidad, poniendo en peligro la integridad física de los ciudadanos, en carreteras o ciudades, aún sin participar en un accidente, está tipificado como un delito y en adición, hay seguridad del castigo, para los infractores de la ley.

Concluyamos, entonces, afirmando que mientras el hombre peatón y conductor y las autoridades competentes en la materia de tránsito y circulación vial no desempeñen su correspondiente rol, seguiremos viviendo en una verdadera anarquía en la materia, con la lamentable consecuencia del aumento permanente de accidentes de todo tipo al igual de víctimas de todo tipo.

ABOGADO

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