• 05/11/2014 01:00

Colón: a más de un siglo de independencia

‘La miseria del colonense ha sido un extraordinario insumo para los discursos políticos’

Los hechos que dieron punto final a la independencia de Panamá de Colombia el 5 de Noviembre de 1903 con el accionar patriótico de los hombres y mujeres de este lugar del país dan fe del compromiso que tuvieron con la patria. A los nombres de Porfirio Meléndez, Juan Antonio Henríquez, Carlos Clement y Orondaste L. Martínez responsables del movimiento independentista en Colón, hay que anexarle la larga lista de nombres de muchísimos que asumieron un papel preponderante.

Colón constituyó el bastión de la lucha, puesto que aquí fue donde desembarcó el Batallón Tiradores de Colombia, fue en este lugar en donde se apresaron los generales Tovar y Amaya, el único territorio del país en poder colombiano luego de los actos desarrollados en la capital de la República y el lugar en donde se dan las acciones finales que terminan con la retirada de las fuerza colombianas del territorio nacional.

No obstante, ese factor importante en la ruptura con Colombia como lo fue Colón, puesto que por las acciones aquí desarrolladas se logró el éxito de la empresa de independencia, ha transitado por derroteros que han ido signando una forma de ser colonense sumergida en constantes crisis. En este lugar del país, se han vivido etapas de miseria y momentitos de esplendor.

La miseria del colonense ha sido un extraordinario insumo para los discursos políticos.

Los éxitos muy fugaces los reciben y disfrutan los sectores económicos. La ciudad de Colón, escenario final de la independencia, como siempre en manos de extranjeros, quienes han ido construyendo una nueva ciudad dentro de la misma. Los proyectos de todo tipo: económicos y políticos principalmente, porque los culturales están ausentes, van y vienen, pero no aterrizan. La Renovación Urbana, la más reciente de las ofertas del Gobierno actual, planteadas al margen de los verdaderos interesados y con exclusión de sectores importantes como las universidades regionales, han sido las tónicas de todos los gobierno, sin excepción.

Así, entonces y con la crisis a cuestas en los dorsos del pueblo, la Cámara de Comercio de Colón y la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón, se aferran al Puerto Libre como la única salvación de la crisis colonense, al punto que el presidente de la Cámara de Comercio de Colón propone —por ello— una revisión a la Ley 47 que protege el Patrimonio Histórico de la Ciudad, como si el atraso de Colón se debiera a su razón histórica.

Aprovecho para citar parte del Informe Estrategia Provincial de Desarrollo Sostenible de Colón: ‘... Las desigualdades sociales acentuadas en al menos ocho de sus catorces corregimientos, el deterioro de las viviendas en el casco viejo de Colón y la falta de servicios sociales básicos son urgentes de resolver. Los fuertes enclaves productivos con su dinámica proyección internacional, pero escasos encadenamientos locales, se mantendrán al margen del ejercicio de una responsabilidad social empresarial, de imperiosa necesidad por la enorme disparidad entre los sectores adinerados y pobres’.

La realidad a más de un siglo de independencia, muestra con acentuación la cara de un Colón inexpresivo y agonizante.

*DOCENTE UNIVERSITARIO.

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