• 15/05/2015 02:01

General Victoriano Lorenzo

El general Lorenzo trasladó sus tropas a Penonomé y estableció su cuartel general en La Negrita

Victoriano Lorenzo, nació en la provincia de Coclé, en 1867. A los 22 años fue corregidor de El Cacao en Coclé. Después de la batalla del Puente de Calidonia en julio de 1900 y de que los conservadores arrasaran la población de El Cacao, Lorenzo es nombrado general en una asamblea popular. Para Victoriano, la guerra contra los conservadores era para erradicar la injusta carga de los impuestos a los campesinos, eliminar la escasez de alimentos y suprimir los ultrajes de las autoridades.

El general Lorenzo trasladó sus tropas a Penonomé y estableció su cuartel general en La Negrita. Tras sus triunfos militares, las tropas liberales se unieron a los guerrilleros. Posteriormente, el Estado Mayor Liberal, reconoce a Victoriano como general de la Séptima División del Ejército del Cauca y Panamá.

En enero de 1901, el general liberal Manuel Antonio Noriega, le exige a Victoriano que lo reconozca como jefe militar, a lo que Lorenzo le responde: ‘Estoy informado y he observado, general Noriega, que usted se está escribiendo cartas con el Prefecto de Coclé en Penonomé. Eso no lo creo correcto, porque La Pelea es Peleando. Si a mí me cogen preso, me fusilan y, en cambio, a usted, que es blanco y es amigo del Prefecto, no le pasaría nada. Por tal razón, yo no puedo aceptar esta situación'.

Su arrojo e inteligencia militar fue reiteradamente demostrada en la batalla de la Negra Vieja, el sitio de Penonomé, la toma de Aguadulce, y muchas otras. Victoriano era bajo, de cara curtida, ojos de tigre y labios gruesos. Era astuto, valiente, humilde y honrado.

En agosto de 1901, reconoció a su amigo Belisario Porras, como Jefe Civil y Militar. El siguiente año, inician las negociaciones entre Estados Unidos y Colombia, para construir el canal por Panamá. Esto produjo que la guerra terminara, tras la firma, en el acorazado estadounidense Wisconsin, el 21 de noviembre de 1902. Siete días después, capturaron a Victoriano, estando desarmado, bajo el pretexto de que había manifestado que no compartía el tratado y tomaría nuevamente las armas.

El 14 de mayo de 1903, se instaló el Consejo de Guerra, presidido por Esteban Huertas, que declaró culpable a Lorenzo por crímenes y lo condenan a la pena de muerte. En la tarde del 15 de mayo de 1903, fue leída la sentencia: ‘Victoriano Lorenzo, natural de Penonomé, y vecino de Panamá, va a ser fusilado por varios crímenes. Si alguno levantase la voz pidiendo gracia o de alguna otra manera tratase de impedir la ejecución, será castigado con arreglo a las leyes'. Posteriormente fue atado a la silla, y cubiertos sus ojos. Los soldados se sitúan a cinco pasos de distancia y se ordena la descarga. Sus últimas palabras fueron: ‘Señores, oíd una palabra pública. Ya sabéis de quién es la palabra. Victoriano Lorenzo muere... a todos los perdono... Yo muero como murió Jesucristo'. Así muere a la edad de 36 años, el general Victoriano Lorenzo.

A punta de fusil, amenazaron a los presentes, para que nadie siguiera la carreta que conducía su cadáver y así no se supiera dónde lo iban a enterrar. De esta forma impedían que su tumba se convirtiera en un sitio de peregrinación, y pensaban que así se borraría la memoria del cholo Victoriano.

Algunos liberales, encabezados por Buenaventura Correoso, hicieron esfuerzos para liberar al general Lorenzo. A Correoso se le culpa junto a otros liberales de la volante clandestina titulada, ‘La Hora Negra del Arrabal'. La que en uno de sus párrafos decía: ‘El general Lorenzo fue la víctima escogida; el anfitrión de los banquetes patibularios de Colombia se hartó una vez más. Queremos dejar constancia que se hizo derroche de lujo de barbarie y crueldad al rechazar la caja mortuoria y el carro fúnebre ofrecido por un grupo de liberales amigos; la injuria traspasó los límites del odio para tocar en las puertas del salvajismo'.

A pesar de las amenazas del conservadurismo de guardar silencio sobre el infame fusilamiento de Victoriano, en las plazas y cantinas de la ciudad, no se hablaba de otra cosa. Dos meses después, el semanario El Lápiz, dedicó el número al fusilamiento de Lorenzo. Cuando el jefe militar de la ciudad se enteró, ordenó que allanaran, destruyeran y cerraran la imprenta. Además, su director fue brutalmente golpeado.

Victoriano Lorenzo era un estorbo para la firma del tratado para construir el canal por Panamá. Era un mal ejemplo para los desposeídos, para los sin tierras. Por esto asesinaron al general Victoriano Lorenzo, por esto fusilaron al Primer Guerrillero del continente americano.

CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ.

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