• 20/09/2015 02:00

Visión histórica de la ampliación (2)

A fines de 1973, el canciller Tack me entregó una propuesta de Declaración Conjunta de Henry Kissinger, secretario de Estado

A fines de 1973, el canciller Tack me entregó una propuesta de Declaración Conjunt de Henry Kissinger, secretario de Estado, para acordar las bases de un nuevo tratado. Me señaló que solo yo tendría el documento, solicitándome que hiciera los cambios que considerara necesarios y redactara una contrapropuesta lo más ajustada a nuestros intereses nacionales.

Consciente de que no participarían miembros distinguidos de la comisión asesora, sentí la enorme responsabilidad sobre mis hombros y, luego de varios días, hice una nueva redacción.

El Punto 8 de la Declaración le otorgaba a Estados Unidos la opción de modernizar el Canal, hacer el tercer juego de esclusas o construir un canal a nivel durante la vigencia del Tratado.

Sabíamos que Estados Unidos no estaba interesado en un canal a nivel, menos para regalárnoslo, así que los circunscribimos a las opciones blandas, entre ellas, el Tercer Juego de Esclusas.

El secretario de Estado aceptó sin reservas nuestra contrapropuesta, pero debo señalar —como lo ha hecho Juan Antonio Tack— que la Declaración de 7 de febrero de 1974 contemplaba un solo tratado del Canal, no dos.

Una modificación fundamental fue disponer en el Principio 8 sobre Obras Nuevas que, cualquiera que fuese la opción escogida, el Canal pasaría a Panamá con las nuevas construcciones el 31 de diciembre de 1999.

De esta forma pusimos fin a la bilateralidad reformista interminable desde 1903: de una opción libre sin compromiso pasamos a una opción con compromiso, aunque Estados Unidos no hizo uso de ninguna de las opciones.

Torrijos pensaba que Panamá debía evitar someterse a una dependencia excesiva de Estados Unidos y emprendió la iniciativa de explorar con Japón alternativas al Canal que no fueran en menoscabo de nuestra independencia política. Sus esfuerzos se extendieron entre 1978 y 1981. Se firmaron declaraciones conjuntas entre ambos países, y Japón designó a Shigeo Nagano como su representante.

Lo que continúa constituye una etapa compleja de nuestras relaciones con Estados Unidos que no cabe en la brevedad de esta conferencia, por lo cual señalaremos sus hitos más importantes.

Durante la presidencia de Jimmy Carter no hubo oposición a las tratativas con Japón, pero Ronald Reagan se mantenía como enemigo de los tratados y del general Torrijos. Cuando Reagan gana la Presidencia, se inició una etapa difícil para América Latina.

En mayo de 1981 el presidente ecuatoriano Jaime Roldós y sus acompañantes murieron cuando su helicóptero explotó. Dos meses después, el 31 de julio, el avión en el que viajaban a Coclesito el general Torrijos y su comitiva también explotó. Unas décimas que escribí en tal ocasión son precedidas por esta redondilla:

CAYÓ COMO HALCÓN HERIDO

OMAR TORRIJOS HERRERA

EN UNA EMBOSCADA ARTERA

CUANDO RETORNABA AL NIDO.

John Perkins, de la Agencia de Seguridad Nacional, ha revelado que le advirtió a Torrijos que, de no aceptar condiciones de su Gobierno, los ‘chacales' lo liquidarían. Mencionó a la BECHTEL —a la que pertenecían altos funcionarios— que le exigían a Torrijos terminar su relación con los japoneses.

Desaparecido Torrijos, Estados Unidos, que no participaba en las pláticas con Japón, se hizo invitar e integró así la Comisión Tripartita para el Estudio de las Alternativas al Canal para sabotear cualquier acuerdo.

El general Manuel A. Noriega siguió el mismo curso que Omar, porque consideraba que Panamá debía determinar con independencia el futuro del Canal. Continuó al más alto nivel sus relaciones con Japón, país que visitó en diciembre de 1986, donde fue recibido con honores.

Las relaciones de Washington con Noriega se venían deteriorando desde el 10 de diciembre de 1985, cuando el jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá rehusó acatar órdenes imperiales del director del Consejo de Seguridad Nacional, John Poindexter.

De 1985 a 1989, Estados Unidos sometió a Panamá a un cerco cruel e injusto para expulsar a un solo hombre. Según Perkins, la BECHTEL también presionó a Noriega para que rompiera con Japón, tal como lo reconoce éste en sus Memorias, publicadas en Estados Unidos, así como en entrevista de 1 993 que le hizo este servidor.

Los japoneses estaban entusiasmados con el Canal a Nivel. Eran el país con la experiencia, la tecnología y las finanzas necesarias. En cambio, la Comisión Tripartita decidió en 1993 que la opción sería el Tercer Juego de Esclusas. El embajador de Japón protestó airado, denunciando que todo había sido un engaño.

*EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y ESCRITOR. DISCURSO EN EL ANIVERSARIO DEL GENERAL OMAR TORRIJOS, 13 DE FEBRERO DE 2014. FUNDACIÓN OMAR TORRIJOS.

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