• 22/09/2015 02:00

La papa caliente

En reciente entrevista cubierta por un medio televisivo, el presidente de Ecuador. Rafael Correa

La ‘papa caliente' es el nombre histriónico que le hemos dado a un asunto sumamente serio que está ocurriendo actualmente en nuestro foro nacional, como lo constituye la renuencia de ejecutar la sentencia de 11 de noviembre de 2010 de la Sala Tercera, que ha sido ordenada a cumplir cabalmente, mediante ejecución forzosa dispuesta por resolución de 21 de abril del 2015, de esa misma Sala de la Corte Suprema.

En reciente entrevista cubierta por un medio televisivo, el presidente de Ecuador. Rafael Correa, se refirió a nuestro país como un paraíso fiscal. Esto provocó la protesta de una importante representación, tanto gubernamental como privada, en defensa de nuestra nacionalidad. Lo nefasto en el caso que nos ocupa, es que entre esa misma gente está la que se ha apersonado ante los juzgadores de turno en el caso bajo comento para pedirles que retarden o revoquen la decisión de la Corte, son los precursores de la papa caliente.

Esa situación planteada refleja una doble moral. Por un lado, se hace gala de una autoridad para defender los intereses de la patria, y por el otro lado, se implementa el tráfico de influencias para torcer el derecho, hasta el punto de impedir el cumplimiento de una orden de hacer emitida por nuestra más alta corporación de justicia, sin percibir que esa es una actuación inherente al modelo que se practica de forma consuetudinaria en un paraíso fiscal, y que por lo tanto, así también se contribuye a manchar la imagen país.

Recientemente el señor presidente de la CSJ fue afectado por la papa caliente y rápidamente, sin resolver en el fondo, devolvió el expediente de ejecución de la sentencia a la Sala Tercera. ¿Qué suerte le depara al sistema judicial panameño, cuando su máximo representante se inhibe de cumplir con su deber, evidentemente afectado por las consabidas presiones de parte de interesados que actúan contra Derecho?

Se ha puesto el poder público al servicio de los intereses de un magnate internacional, para incumplir con lo dispuesto por la sentencia de la Corte. Están jugando como en la ruleta rusa, es decir, al todo o nada, para que pague el erario, ante una eventual condena en el arbitraje interpuesto contra el Estado panameño ante el CIADI del Banco Mundial. Todo ello, como reitero, con la finalidad de favorecer a un magnate de un tercer país. Si el Estado panameño opta por cumplir con su deber de acatar la sentencia, el caso termina sin un costo para el erario.

Algunos se preguntan que si ya existe sentencia condenatoria de la Corte que se encuentra en firme, y una resolución que ordena la ejecución forzosa de la misma, ¿por qué no se acata el fallo? El asunto es transcendente, el cumplimiento de la decisión implica miles de millones por la actuación descomedida de los condenados. Existe un rumor en el foro de que precisamente esa fue la razón del juicio contra el magistrado Víctor Benavides. Es totalmente extraña la exposición en un medio televisivo de la denuncia por parte de un recluso convicto que acusó insólitamente a un magistrado de la Corte en ejercicio de sus funciones.

Con el resultado de esa acción, se abre la expectativa de observar si el nuevo magistrado ponente que ocupa su lugar, hará cumplir estos fallos o, por el contrario, se prestará para atentar contra el orden público interno, para revocar o retardar aún más el cumplimiento de los mismos. ¿A cuántos más afectará la papa caliente?

Convencidos de que el ejercicio de la abogacía es un factor de poder en un Estado de derecho, estamos prestos a enfrentar cualquier situación que se nos presente dentro del proceso, ya sea en el ámbito nacional como internacional.

ABOGADO

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‘... se hace gala de una autoridad para defender los intereses de la patria, y por el otro lado, se implementa el tráfico de influencias para torcer el derecho, hasta el punto de impedir el cumplimiento de una orden de hacer...'

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