• 15/11/2015 01:00

Murió uno de los grandes novelistas colombianos

A los 91 años, murió en Bogotá el escritor Arnoldo Palacios Mosquera, uno de los grandes novelistas de la literatura colombiana.   

A los 91 años, murió en Bogotá el escritor Arnoldo Palacios Mosquera, uno de los grandes novelistas de la literatura colombiana. Su novela La estrellas son negras , es una de las mejores novelas de la literatura colombiana. Había nacido en 1924, en la población colombiana de Certegui y desde hacía más de 60 años residía en París.

Fue hijo de un minero con alma de carpintero de nombre Venancio Palacios, un reconocido líder liberal en esa comarca colombiana. Una de las cosas que más orgullo le generaba a este escritor colombiano era haber pasado la mayoría de su infancia entre las selvas y los ríos, en la vereda de Ibordó al sur del Chocó, una de las regiones más pobres de Colombia.

Fue un viajero incansable por varios países de Europa, Asia y África. Sus novelas, cuentos y ensayos han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos, al ruso. En su juventud en París, participó como gran activista de los movimientos de liberación de los países africanos y de las colonias francesas de Las Antillas, al lado de Fran Fanón, Aimé Césaire y Leopold Sédar Senghor, entre otros.

Fue autor de otras novelas que han sido traducidas a varios idiomas como La selva y la lluvia , El duende y la guitarra , En busca de mi madredios. Esta última una autobiografía de su infancia. Las estrellas son negras , su novela más destacada por la crítica como una de las mejores en la literatura colombiana, es una novela urbana con un profundo dramatismo en el desenlace de una historia que comienza a las tres de la tarde y termina a las seis de la mañana del día siguiente.

Una obra donde se sintetiza el drama de la marginalidad y la injusticia social que agobia a la sociedad colombiana, pero con un mensaje universal sobre la pobreza y la desdicha del hombre en una sociedad injusta y clasista. Es una novela que, a través de la fatalidad del hambre y la falta de oportunidades económicas, sociales y políticas que sufre el protagonista, el autor hace un análisis histórico y sociológico profundo sobre las secuelas de la desdicha que sufren los desposeídos en una sociedad clasista e indiferente con el sufrimiento humano.

Habla de la indolencia del centralismo estatal ante la crisis social de un pueblo agobiado por la desventura y el abandono, y hace una crítica descarnada de los niveles de corrupción en una sociedad dominada por la inmoralidad y la mediocridad de una clase dirigente que no asume con responsabilidad el liderazgo en la conducción de los destinos de una región que requiere de grandes transformaciones para salir del atraso.

Esta novela es un testimonio del abandono, a la vez una protesta contra la negligencia del centralismo y la incapacidad de la clase dirigente regional de liderar el progreso de una comarca que se debate entre la inopia y la displicencia estatal. Por la manera como el autor describe la realidad y con la hondura que expone el drama y la naturalidad que plasma el realismo, esta novela debe ser un texto obligado para los investigadores y los estudiosos de las ciencias sociales que quieren comprender la realidad económica, política y social de la región colombiana del Chocó, el territorio con los índices de pobreza más alto de Colombia. Con su muerte se fue uno de los grandes novelistas, cuentistas y ensayistas colombianos.

PERIODISTA Y ESCRITOR COLOMBIANO.

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