Testimonios inconclusos

Personas que me han apreciado toda la vida, ávidamente están adquiriendo mi biografía, en estos momentos en que cuento con buena salud, escrita por el Prof. César del Vasto, autor de amplias temáticas, a quien debo reconocerle que ha sabido captar casi con exactitud matemática, cuanto le he contado sobre mi discurrir vital hasta el presente.

Tiene la particularidad este libro, titulado SIN RENUNCIAR A LOS PRINCIPIOS, que es un largo testimonio de mi infancia y juventud, el accidentado ámbito familiar, mientras se plasman algunos pormenores políticos y sociales que ocurren por aquella época de postguerra y cómo las vicisitudes van templando mi conciencia, en la medida que logro ventajas de algunas lecturas que oportunamente, valiéndome de la amistad que logro con el Dr. Diógenes De La Rosa, en momentos que las autoridades zoneítas en esa época me obligan a residir fuera de la colonia yanqui, alegando pretextos legales que no me permitían seguir residiendo en el hogar de mis padres porque había llegado a la mayoría de edad.

Mientras entendía a ese nivel de mi incipiente juventud que las represalias de los colonialistas se debían a que, como estudiante del Instituto Nacional, todas las protestas y abiertas manifestaciones en las calles contra los regímenes oligárquicos, inherentemente eran contra la ocupación extranjera.

El lector entenderá por qué, en señal de gratitud, escogía una foto en que aparezco junto a ese insigne intelectual, ensayista y gran patriota, Diógenes De La Rosa, tomada justamente cuando tuve el honor de asistir al Paraninfo de la Universidad de Panamá en la noche de 1997 en que, por decisión de las máximas autoridades de esa alta Casa de Estudios, se le otorgaba el Premio Universidad, en atención a su fructífera labor.

Ese libro del Prof. Cesar Del Vasto, SIN RENUNCIAR A LOS PRECIOS, será presentado en la Sala de actos de la Biblioteca Simón Bolívar de la UP, el miércoles 27 de enero, a las 11 a. m., y tendremos el honor de escuchar las palabras de su autor y del Dr. Álvaro Menéndez franco, de los pocos amigos que me honran con su amistad.

ABOGADO Y PERIODISTA.