• 13/01/2017 01:01

Panamá, Francia y su colonización de África

Es bueno recordar que Francia tiene un pasado muy oscuro, producto de su complejo de superioridad y su eterno fracaso económico

Como bien anotó recientemente el editorial del periódico nacional Capital Financiero, que Francia haya mandado a un funcionario de quinta categoría a pedirle al Gobierno panameño una ronda de conversaciones diplomáticas —mientras nos mantiene en su lista negra de paraísos fiscales— es una humillación más de los franceses hacia nuestro país. Panamá debe mantenerse en su posición, como nación soberana, de entregar información fiscal a requerimiento, como se establece en el Tratado para evitar la doble imposición en vigencia entre ambas naciones y no en forma automática como aspira el Gobierno francés que, encima, ya va de salida (lo que llaman los politólogos un ‘lame duck'). Debemos aplicar medidas fuertes para ganar tiempo y esperar a un Gobierno más afín a nuestro país.

No sé hasta cuándo nuestro Gobierno permitirá que Francia siga jugando con el orgullo y la dignidad nacional. Debimos haber tomado medidas diplomáticas enérgicas a principios de este año contra los franceses que han decidido hacer de Panamá un ejemplo. Un ejemplo de por qué los países pequeños que compiten con atractivos incentivos fiscales, entre otras cosas, somos los culpables de que sus políticas socialistas hayan llevado a su economía al despeñadero y a Hollande a ser el hazmerreír de la política francesa. Lo que no ha entendido nuestro Gobierno es que Francia es como el ‘bully' de la escuela primaria que no dejará de amenazar y empujar hasta que le metan su soplamocos.

Informa el diario Expansión de España del día 9 de enero de este año que ‘La economía francesa creció un 0,4 % en el cuarto trimestre, después de haber aumentado un 0,2 % en el tercero, según el Banco de Francia, que confirmó hoy así sus estimaciones de los dos últimos meses para el periodo octubre-diciembre'. Impresionante. Chapó. Presumo que ese vigoroso crecimiento se debe a las políticas de subsidios que hay para todas las industrias, a los impuestos personales que llegan hasta 75 % del ingreso gravable, a las riquezas que roban de sus antiguas colonias francesas bajo el ‘Pacto Colonial' y a la venta de armas de guerra a países del tercer mundo.

Es bueno recordar que Francia tiene un pasado muy oscuro, producto de su complejo de superioridad y su eterno fracaso económico. Dice el bloguero Miguel Fernández (2014) que ‘Francia se mantiene como una potencia, en parte, gracias a explotar y esclavizar a 14 países africanos. Lo hace a través del llamado Pacto Colonial'. Invito al lector a ver el sitio: http://www.globalblackhistory.com/2015/12/how-france-continues-slavery-colonialism-in-the-21st-century.html que contiene mucha información sobre cómo el país galo mantiene subyugadas a catorce naciones africanas: Burkina Fasso, Costa de Marfil, Malí, Senegal, Níger, Chad, Togo, Benín, Camerún, Gabón, Congo-Brazzaville y las tres Guineas (aunque solo Guinea-Conakry es de habla francesa). Es increíble a lo que tuvieron que comprometerse las antiguas colonias francesas en África para ganar un poco de soberanía. Desde pagar una ‘deuda' por los beneficios de haber sido colonizados por Francia hasta remitir el 80 % de sus reservas monetarias al Tesoro francés para su manejo. Son más de diez condiciones totalmente abusivas. Que la Organización de las Naciones Unidas no se haya pronunciado enérgicamente, es un testimonio más de lo inoperante en que se ha convertido ese organismo.

Uno de los más destacados impulsores del colonialismo francés fue Jules Ferry, quien intentó, mediante la política colonialista en África, subir la frágil autoestima gala, luego de haber sido vapuleados por Prusia a finales del siglo 19. Ferry argumentaba que Francia tenía una ‘misión civilizadora' en el mundo (cuando leí esto me asusté). En un discurso en la Cámara de París en 1885, Ferry explicaba que ‘Las razas superiores tienen el deber de civilizar a las razas inferiores'. Sin comentarios.

Sigue el personaje este Ferry comentando: ‘La política colonial se impone en primer lugar en las naciones que deben recurrir o a la emigración, ya por ser pobre su población, ya por ser excesiva. Pero también se impone en las que tienen o bien superabundancia de capitales o bien excedente de productos esta es la forma moderna actual más extendida y más fecunda (...). Desde este punto de vista, lo repito, la fundación de una colonia es la creación de un mercado (...). En el tiempo en que estamos y con la crisis que pasan todas las industrias europeas, la fundación de una colonia es la creación de una salida'. Fue así como Francia se embarcó en colonizar al continente más débil, en un sentido, pero más rico en otro (por sus recursos minerales). Esta política la siguieron De Gaulle y Chirac durante gran parte del siglo 20.

Algunos países decentes en la Unión Europea han denunciado este abuso en repetidas ocasiones, pero Francia no está dispuesta a abandonar este sistema colonial que representa más 500 mil millones de dólares anuales que en forma urgente necesita su economía. Y Francia aún tiene la desfachatez de acuñarse la frase: ‘Liberté, égalité, fraternité'.

Panamá no debe dejarse humillar, ni ahora ni nunca, por un país que aún practica el colonialismo a ultranza, y que busca culpar a los demás de su fracaso como nación.

Le pido al Gobierno nacional que actúe sin miedo y de frente. Panamá no merece menos.

ABOGADO

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