• 31/03/2017 02:02

Los discretos ganadores de la OCDE

‘Verdaderamente no entiendo cómo no nos dimos cuenta de que todo esto iba a salir mal y nos explotaría en la cara, como en efecto sucedió'

La OCDE es un cartel fiscal, eso es un hecho público y notorio. Sin embargo, aunque sus acciones generan perdedores claros, los contribuyentes de los grandes países y los millones de ciudadanos del tercer mundo que van a quedar condenados a la informalidad legal y su desbancarización, también hay ganadores y en este caso son las burocracias de los países OCDE, que van a tener por un rato más rebaños que esquilmar hasta que el rebaño muera de frío e inanición; y quienes viven de las subvenciones y gastos estatales, quienes van a poder gozar de los frutos de otros por un tiempo.

Sin embargo, como lo dijo el profesor de Derecho estadounidense Bruce Zagaris, en el foro ‘Widening the Pathways to Open Societies', ocurrido recientemente en Panamá y cuya II versión se realizará en marzo del 2018, hay otros grandes pero discretos ganadores en las políticas de la OCDE: las grandes multinacionales de contabilidad. Cumplir con las normativas de GAFI y OCDE va a ser demasiado caro y complicado, y los contadores lo saben. Pero las penalidades de no hacerlo son mayores. Por lo tanto, quien pueda pagárselo tendrá que tener los mejores contadores de su lado todo el tiempo. Quien no pueda, o cierra o se va a la informalidad y que se atenga a las consecuencias. Sacrificar a la informalidad a millones de personas es el precio que tenemos que pagarle a la OCDE por dejar tranquilos, por ahora, a los países que según ellos tienen una fiscalidad nociva y en Panamá, donde la informalidad ya anda por el 50 %, es un precio altísimo, sin contar el agravante de mediatizar nuestra soberanía y enlodar nuestra dignidad nacional.

Pero volviendo al tema de las multinacionales de contabilidad, estas están de buenas, y como aquí no entendemos la idea del conflicto de interés, vamos a meter la pata igualito que cuando la metimos al invitar a Stiglitz y a Pieth a asesorarnos. Una simple búsqueda en Google hubiera demostrado que ambos tienen la visión de que los llamados paraísos fiscales offshore no deben existir, así como que la mujer de Stiglitz, Anya Schiffrin, trabaja con George Soros, del Open Society Foundation, y que Stiglitz es asesor de Soros en economía, además de ser un público defensor de las políticas de Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador y los Kirchner en Argentina, entre otros Gobiernos populistas. Buscando en Google nos hubiéramos dado cuenta fácilmente de que el comité de periodistas que hizo la investigación de los Panama Papers fue pagado en parte por la AID, del Gobierno del demócrata Obama, del cual Soros es donante distinguido y que además el comité de periodistas recibió donaciones del Open Society Foundation, a través de la mujer de Stiglitz, así como que Pieth, antes de convertirse en ‘famoso', fue durante casi 20 años un burócrata anónimo de la OCDE. Verdaderamente no entiendo cómo no nos dimos cuenta de que todo esto iba a salir mal y nos explotaría en la cara, como en efecto sucedió.

Ahora bien, Google es nuestro amigo, así que pasemos a otra cosa. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha contratado a la multinacional de contabilidad Ernest & Young (E&Y) para que defienda los intereses de Panamá en el tema OCDE. Curiosamente, leyendo en el International Tax Review, nos enteramos de que Jeffrey Owens, antiguo jefe de política fiscal de la OCDE, ha sido nombrado asesor principal de Dave Holtze, el vice chair de impuestos globales de E&Y.

Owens va a asesorar a E&Y en cómo manejar los cambios en las políticas fiscales y la administración fiscal alrededor del mundo. En este nuevo mundo de rapaz persecución fiscal, E&Y ha anunciado un hub virtual para ayudar a empresas multinacionales y Gobiernos en hacer decisiones informadas en línea con los llamados estándares internacionales en materia fiscal de la OCDE. Como empresa, no es un mal negocio, pero es claro que las asesorías que van a brindar están desde del punto de vista de la contabilidad y no desde el punto de vista del interés nacional y la defensa de nuestro sistema de servicio. Porque está claro que a la OCDE le gusta cobrar impuestos y a las compañías de contabilidad les gusta que sus clientes paguen los impuestos que la ley exige sin problemas. Lo que no les importa a ambos es el efecto de estas políticas fiscales expansivas sobre las economías y los ciudadanos de los países que serán afectados, como Panamá.

Pero pareciera que nosotros seguimos sin entender la existencia de conflicto de intereses y, en el tema de las negociaciones de la OCDE, hemos optado por asesorarnos con una compañía de contabilidad cuyo departamento fiscal está dirigido por un exdirector de la OCDE. Todo eso pagado con nuestros propios impuestos, sin buscar voces alternativas que no sean simplemente ceder en todo lo que el cartel fiscal desee. De verdad que lo único que nos falta para alcanzar un desarrollo pleno es abandonar el complejo de país bananero que aquí ha resultado más contagioso que el H1N1.

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