• 22/12/2017 01:03

Revolcón a la comida chatarra

El hecho es que los Gobiernos y la gran agroindustria han conspirado por años para obtener ganancias a costa de nuestra salud

El hecho es que existe un movimiento creciente del cual cada uno de nosotros somos parte fundamental. Y lo somos cada vez que elegimos alimentos sin pesticidas, comercializados responsablemente y cultivados localmente. Cada vez que entramos en un restaurante o cualquier otro establecimiento que paga a sus trabajadores un salario justo. Y cada vez que elegimos a un político que entiende la importancia de la alimentación en la promoción de salud y prevención de enfermedades.

El hecho es que los Gobiernos y la gran agroindustria han conspirado por años para obtener ganancias a costa de nuestra salud, a expensa del medio ambiente y a espaldas del derecho que tenemos todos de saber cómo se producen los alimentos.

El hecho es que tenemos una revolución en crecimiento. Desde las fincas rurales hasta las zonas urbanas, desde la abarrotería del paisano en la esquina hasta las urnas de elección popular, la gente se está levantando y tomando acción. Estamos reivindicando nuestro sistema alimentario y reinventando nuestros menús. Estamos tomando la responsabilidad de nuestra salud.

Y por eso cada día vemos más signos de esperanza. Los estudios siguen saliendo y mostrando el enorme poder curativo y nutritivo de los alimentos naturales. Estamos acostumbrados a pensar que la enfermedad del corazón es un signo inevitable e irreversible del envejecimiento, pero ahora sabemos cómo prevenir y revertir el 85 % de los casos de enfermedades crónicas a través de una dieta saludable. Nos encanta saber que las escuelas comienzan a mejorar su oferta de alimentos y que el resultado serán más niños felices. Además de enfatizar las calorías y proteínas a base de plantas, el proceso de educar sobre nutrición ayuda no solo a reducir la huella de carbono en las escuelas sino también a comer más saludables y ahorrar más dinero.

Parece que cada día, más estudios demuestran los daños causados por los alimentos procesados y los peligros globales de su producción. Y al mismo tiempo, muestran los enormes beneficios ambientales y de salud de producir y comer alimentos naturales como las frutas y vegetales.

La comida es un asunto muy personal, pero también es un tema muy político. Cada bocado que comemos nos conecta literalmente con personas, políticas y prácticas de todos los rincones del planeta. Existe una enorme y creciente demanda de alimentos orgánicos, de desarrollo sostenible y de comercio justo. En ciudades de todo el mundo, vemos cada vez más mercados campesinos, huertos urbanos apoyados por la comunidad, y más jóvenes que regresan al campo. Los supermercados y las tiendas de comestibles, incluso las grandes cadenas internacionales, están ofreciendo alimentos locales, naturales y ecológicos con más frecuencia. Los segmentos de alimentos saludables están experimentando un rápido crecimiento y hay que darle gracias a todos ustedes por ser parte fundamental en todo esto.

Uno de nuestros principales objetivos es ayudar a la población a entender lo poderosos que somos y ver cómo nuestras decisiones alimentarias pueden cambiar la vida y el mundo al mismo tiempo. Hay muchas áreas en nuestras vidas donde nos podemos sentir impotentes para realmente marcar una diferencia. Los problemas sistémicos de nuestro tiempo pueden parecer mucho más grandes que cualquiera de nosotros, pero cuando se trata de alimentos y salud, usted y yo tenemos un poder inmenso para hacer un revolcón. Tenemos el poder de elegir lo que ingerimos por nuestras bocas. Tenemos el poder para votar, con nuestro dinero, el tipo de comida que deseamos. Y tenemos el poder para contribuir de un modo significativo y tangible a la construcción de un futuro más sano y sostenible para nosotros, para nuestros seres queridos y para nuestro planeta.

Estamos seguros de que comer alimentos naturales, de una forma simple y sin ninguna modificación química, y con una conciencia limpia, es más placentero e infinitamente más satisfactorio que comer productos que están refinados, ultraprocesados y que han sido alterados genéticamente, y que nos hacen que usted y todo el mundo enferme. Y creemos que, juntos, un paso y un bocado a la vez, y una elección y un acto de conciencia sincronizados, nos ayudará a encaminarnos hacia un mundo más hermoso donde todos seremos más felices y más sanos. O igual, un país donde todos pueden ser alimentados naturalmente, donde todos pueden ser sanados nutritivamente y donde todos pueden ser amados políticamente.

EL AUTOR ES EMPRESARIO, CONSULTOR EN SALUD Y ASESOR DE SALUD PÚBLICA.

‘[...] comer alimentos naturales, [...], y con una conciencia limpia, es más placentero [...] que comer productos que (nos enferman) [...]'

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