• 16/02/2018 01:00

La Corte, Colombia y los gringos

Esta especulación política de futurismo, no la veremos los panameños de hoy y quizás tampoco la generación madura 

La ‘opinión' que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha emitido sobre el ‘matrimonio del mismo sexo' a solicitud de Costa Rica y que ha levantado, como tiene que ser, opiniones encontradas entre los panameños, me permiten hacer ‘algo de futurismo' político, a riesgo de que unos y otros me tilden con diversos epítetos a fin de contradecir lo que apuntaré.

Sin ser jurista ni internacionalista, nadie debe aceptar que la ‘opinión' vertida por una ‘Comisión', por muy expertos que sean, puede ser ‘vinculante', es decir ‘obligante para la República de Panamá', como afirma la vicepresidenta De Saint Malo y por su boca, el presidente Varela y su Gabinete, la del magistrado Eduardo Valdés E. y el procurador de la Administración, Rigoberto González, en el caso del ‘matrimonio del mismo sexo' o cualquiera otra ‘opinión'. Me explicaré.

1.— La República de Colombia o un grupo de naturales de este país o varios ciudadanos latinoamericanos, solicitan una ‘opinión' a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, acusando a los gringos de haberles arrebatado el Istmo de Panamá a Colombia desde 1903.

2-— Si la República de Colombia o los ciudadanos solicitantes afirman que desde 1903 les son vulnerados los derechos humanos a los ciudadanos colombianos, obligándolos a tener cédula panameña y a jurar lealtad a una república nacida de la usurpación y agresión del imperialismo yanqui y a la traición de ‘malos colombianos' y ‘comerciantes panameños', por lo cual solicitan dicten su sabia ‘opinión' a favor de que le devuelvan la soberanía a Colombia y dejen de vulnerar los derechos humanos a los ciudadanos colombianos que viven en el Istmo de Panamá.

3.— Si la ‘opinión' de los expertos de la Corte Interamericana es a favor de la solicitud de la República de Colombia o de los ciudadanos colombianos o latinoamericanos que reclaman la soberanía colombiana y la ‘opinión' versada de estos juristas es que el Istmo debe regresar a los brazos de Colombia.

4.— ¿Aceptarán los panameños que esa OPINIÓN SEA VINCULANTE, ES DECIR, OBLIGANTE PARA LA REPÚBLICA DE PANAMÁ?

5.— Si la República de Colombia, siguiendo la ‘opinión' de los expertos, manda a sus tropas a posesionarse del ‘territorio istmeño', arrancado por la fuerza en 1903, ¿quiénes saldrán a pelear para defender la soberanía panameña?

6.— ¿Quiénes se enfrentarán al ejército en la sombra de más de 500 000 colombianos que residen en Panamá y a todos los que son hijos, sobrinos, nietos, bisnietos de algún colombiano? ¿A quiénes responderán estos ciudadanos colombianos: a la patria nativa de sus amores o a la patria de las oportunidades que han encontrado en el Istmo de Panamá?

7.— ¿Qué nación hermana vendrá en nuestro apoyo? ¿Qué potencia mundial vendrá a defender nuestra existencia como Nación y como República? ¿Vendrán Cuba, Venezuela, Brasil, Nicaragua, México, Turquía, China, Viet Nam, Corea del Norte, Rusia o Siria?

8.— Esta hipotética posibilidad política de Colombia sobre Panamá que pudiera producirse en cualquier momento y en cualquier año, SOLO será posible que se produzca si los intereses norteamericanos dejan de tener asiento en nuestro país y NADIE NOS SALVARÁ DE LA ANEXIÓN COLOMBIANA. Y si prevalecen los intereses norteamericanos en el Istmo de Panamá, los GRINGOS abrirán el Paraguas del Pentágono, que estuvo abierto para los colombianos desde 1846 a 1903, para someter al Istmo en las intentonas separatistas y para Panamá desde 1903 a 1976 por el Canal de Panamá y hoy gracias al Tratado de Neutralidad Permanente de 1977 firmado por el general Omar Torrijos H.

9.— ¿Qué harán los intelectuales progresistas de la izquierda o de la derecha, los políticos del momento, los empresarios, los policías y los comisionados, la juventud, los sindicalistas, los gremios y las iglesias?

Por estas razones políticas, afirmo y alerto a los panameños, de cualquier tinte político o ideológico, que debemos OPONERNOS a estas declaraciones graciosas del Gobierno nacional con respecto a esta ‘opinión' reciente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque la misma vulnera nuestros derechos soberanos en un futuro próximo.

Esta especulación política de futurismo, no la veremos los panameños de hoy y quizás tampoco la generación madura, pero nuestros nietos, sin ideales, sin identidad nacional, sin memoria histórica, sin patriotismo, horneado en la lucha política y cívica, serán tragados por las fuerzas económicas, hoy en manos de los empresarios colombianos y extranjeros y por la migración sin control... pobre Panamá y pobres panameños...

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