• 03/04/2018 02:01

Panameño profesor emérito en el Zamorano: Dr. Abelino Pitty

La grandeza de un país se nutre por el trabajo y aportes que sus ciudadanos realizan dentro y fuera de él, en este sentido Panamá ha sido pródigo ...

La grandeza de un país se nutre por el trabajo y aportes que sus ciudadanos realizan dentro y fuera de él, en este sentido Panamá ha sido pródigo en producir grandes hijos que nos permiten sentirnos orgullosos de haber nacido en esta cálida patria.

En deportes, música, ciencias, medicina, en cualquier campo resultamos exitosos y somos muchas veces ejemplos para otras naciones. Y es que, a pesar de las falencias en materia educativa y cultural, siempre surgen personas que se empeñan, a base de estudio y sacrificio, en ser los mejores en su campo.

El día de hoy, conociendo la inigualable habilidad de escritor del Dr. Pitty, irreverentemente trataré de brindarles un retrato de la persona, el profesional, pero sobre todo del amigo.

El Dr. Pitty nació en Finca Blanco, Puerto Armuelles, cuando florecía la actividad bananera. Su educación secundaria la realizó en colegios de David, Primer Ciclo David, el Colegio Francisco Morazán y se graduó, como otros ilustres panameños, en el colegio Félix Olivares Contreras.

Permeado por la euforia de una todavía floreciente actividad agrícola bananera, inició sus estudios universitarios mediante una beca patrocinada por la escuela Agrícola Panamericana del Zamorano, prestigioso centro educativo situado en Honduras, mismo que fue creado en 1942 por el interés de los grandes filántropos Samuel Zemurray y Wilson Popenoe, quienes tenían, entre otros objetivos, capacitar profesionales idóneos para mantener y mejorar los grandes proyectos agrícolas de la época, bananeros, de aceite y posteriormente de piña.

Egresado del Zamorano se integra al sector productivo del país, labora con el Banco Nacional de Panamá y en la Chiriqui Land Company, posteriormente mediante otra beca continua estudios superiores en la Universidad de la Florida, concluyendo con una maestría y doctorado en la universidad de Iowa, Estados Unidos.

Estos centros educativos lo convierten en una autoridad en fisiología vegetal, experto en malezas. Desde ese momento consagrada su vida a la formación de ingenieros agrónomos y a la investigación, destacándose también como conferencista en centros educativos y congresos donde su sólida formación le garantizó siempre una destacada participación.

Sus aportes en investigación le permitieron recibir grandes premios y reconocimientos a nivel internacional y los 30 años de labor docente le ganaron el respeto de colegas y estudiantes de uno de los centros educativos más prestigiosos del mundo dedicado a la formación agropecuaria, la Escuela Agrícola Panamericana del Zamorano.

Hasta el momento ha sido el único panameño que ha impartido clases regulares en el Zamorano, donde logró, por su gran capacidad y perseverancia, la posición de director de la carrera de Agronomía.

Por su destacado manejo de la escritura, se convirtió, por muchos años y hasta su retiro, en editor de la revista ‘Ceiba', revista científica oficial del Zamorano. Además de todo esto, le quedaba tiempo para dirigir los equipos de bola suave y de béisbol del Zamorano, integrados por panameños y otros nacionales de países donde se practican estos deportes.

Pero lo más importante, se convirtió en un referente de Panamá en Honduras, de hecho, fue un embajador ‘ad honórem' de Panamá en ese hermano país. Atendió e introdujo a diplomáticos, estudiantes de otras universidades, compartió activamente dentro del grupo de la colonia panameña y para los estudiantes panameños fue maestro, tutor y muchas veces, padre.

Como corolario a su gran misión en el Zamorano se le concedió el título de profesor emérito, distinción que solo reciben los grandes maestros de este centro educativo. El maestro de tantas generaciones de zamoranos sigue activo dentro de la hermandad zamorana, donde ejerce el cargo de secretario-tesorero de la Asociación de Graduados de la Escuela Agrícola del Zamorano.

Por todo lo anterior, el Dr. Abelino Pitty merece un sitial entre aquellos panameños que le han dado brillo a nuestro país y sabemos que seguirá alumbrando con sus conocimientos el desarrollo del sector agropecuario, quedando de parte de los centros educativos especializados en Panamá beneficiarse de los conocimientos de esta autoridad mundial en fisiología vegetal y malezas.

Loor al maestro integral, que hizo suyo el lema zamorano: ‘Labor Omnia Vincit'.

PRODUCTOR AGROPECUARIO.

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