• 06/04/2018 02:00

Palestina en llamas

‘La masacre del Viernes Santo pone de relieve la necesidad inaplazable de resolver el caso de Palestina (Cisjordania y la Franja de Gaza)'

‘¿Con qué derecho una fuerza intrusa expulsa a naciones de sus tierras y de su historia?'. Poesía: ‘Simplemente, Ahed' (Julio Yao).

Cuando Siria, con la ayuda de Rusia y otros, recuperaba Guta Oriental y expulsaba a terroristas patrocinados ilegalmente por EE.UU., vuelve a encenderse la mecha en Palestina.

El 30 de marzo, Día de la Tierra Palestina y de la Gran Marcha del Retorno, Israel asesinó a 18 palestinos e hirió a más de 1400. En vez de desplegar un procedimiento de control de multitudes, las ‘fuerzas del orden' de Israel desplegaron mil francotiradores, que nada tenían que envidiar a los empleados contra el FMLN en El Salvador, en los años ochenta, o contra el pueblo venezolano en este siglo.

‘La masacre de Gaza no puede ser invisibilizada como hicieron con Panamá. ¡Basta ya de caramelos!'

La masacre del Viernes Santo pone de relieve la necesidad inaplazable de resolver el caso de Palestina (Cisjordania y la Franja de Gaza), el bloqueo a los territorios ocupados y los refugiados, de conformidad con las resoluciones de la ONU que contemplan la coexistencia de Israel y Palestina como Estados independientes.

Este nuevo genocidio ha sido condenado mundialmente, aunque EE.UU., mentor de Israel, vetó la resolución condenatoria del Consejo de Seguridad, pero el mismo no debe quedar impune como una travesura más del Sionismo, cuyo Apartheid ha hecho del asesinato de palestinos el deporte nacional favorito de sus ciudadanos.

Nada extraño en un país que no cuenta con una Carta Magna y que nunca acata las normas de derecho internacional. En Israel no existe racionalidad constitucional alguna sino la aplicación de leyes religiosas bastante anteriores a Cristo, lo cual explicaría por qué, por ejemplo, niños palestinos son condenados sin derecho a una defensa real en tribunales militares de Israel.

‘El 30 de marzo, Día de la Tierra Palestina y de la Gran Marcha del Retorno, Israel asesinó a 18 palestinos [...]'

Debemos denunciar la agresión y llamar —en el caso de Panamá— a nuestra embajadora en Israel para consultas, que es el procedimiento contemplado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

El presidente Juan Carlos Varela manifestó en Roma que Panamá abrirá una embajada en Jordania y una Oficina de Intereses en Palestina, como paso previo a la apertura de plenas relaciones diplomáticas.

Si bien aplaudimos las relaciones con China Popular y consideramos la Oficina de Intereses como un paso correcto y necesario, también es cierto que este viene con bastante retraso.

Siempre Panamá ha simpatizado con la causa palestina, pero en los dos últimos Gobiernos el interés por Palestina ha decaído notablemente, en gran parte debido a la continua presión de Israel desde la década de 1970 y a la invasión de EE.UU. a Panamá en 1989, mentor estratégico de Israel que intentó borrar la memoria histórica del país canalero.

Es así como Panamá es el único país latinoamericano que no tiene relaciones con Palestina, reconocida por casi todo el planeta, salvo por EE.UU., Canadá y algunos países en el Caribe. Por este rezago y deuda vergonzosa —ahora que se renueva otro ciclo de represiones por parte de Israel—, lo justo es que Panamá reconozca inmediatamente a Palestina que, contrario a Israel, siempre ha apoyado nuestra lucha por el Canal.

El pueblo panameño no tiene por qué cuidarle las espaldas a los socios de Israel en el Gobierno de Panamá, que debe velar por los intereses nacionales exclusivamente.

Panamá debe reconocer a Palestina porque siempre ha sido un país de diálogo, de concertación y de paz, y porque la historia y la geografía le han asignado un rol de primer orden al Istmo que nos obliga a mantener el paso interoceánico libre de amenazas bélicas y al margen del perfil ideológico o político de los usuarios de vía acuática.

Próximamente llegará a Panamá una Delegación del Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. La misma está integrada por los embajadores de Senegal, Nicaragua, Cuba, Malasia y Palestina, así como por la División de los Derechos de los Palestinos del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU.

Panamá, que fue invadida por EE.UU. con más de 7000 panameños muertos —en su casi totalidad no combatientes— y cuyos heridos suman decenas de miles, no apareció como noticia importante en medios internacionales porque ‘Occidente' le dio preeminencia a la caída de Ceausescu en Rumanía, al Muro de Berlín, a la crisis planificada en la Unión Soviética y porque EE.UU. prohibió que la prensa reportara la invasión.

La masacre de Gaza no puede ser invisibilizada como hicieron con Panamá. ¡Basta ya de caramelos!

EL AUTOR ES ANALISTA INTERNACIONAL, EXASESOR DE POLÍTICA EXTERIOR Y DIPLOMÁTICO DE CARRERA.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus