• 10/04/2018 02:02

¿Cómo salir de la crisis?

 Hay un estancamiento que genera preocupación en sectores que en el pasado han visto las tormentas como si no fuera con ellos

¿Se podría hacer una medición de lo que estamos viviendo en esta profunda crisis de institucionalización que enfrentamos? ¿Será peor que la experimentada en 1968, cuando los militares, cansados de las peleas entre políticos, decidieron asumir las riendas del Gobierno? Pasaron 21 largos años. ¿Será parecida a aquella de 1989, cuando, ante el agotamiento del régimen militar, se dio la innecesaria invasión gringa y dijimos que se restablecía la democracia? Han pasado seis diferentes Gobiernos electos democráticamente. ¿Estará agotado el sistema como en 1968 o 1989?

Los problemas se han profundizado. Hay un estancamiento que genera preocupación en sectores que en el pasado han visto las tormentas como si no fuera con ellos. La relación armónica y de cooperación que debe existir entre los Órganos del Estado ha prácticamente desaparecido, sin posibilidades a la vista de rehacerse. Con los constantes e inexplicables viajes del presidente y la vicepresidenta, como que el Ejecutivo se comporta como el avestruz. Las acusaciones mutuas sobre corrupción entre los principales dirigentes del PRD y el panameñismo dan asco. La sociedad observa con preocupación el panorama y pide a las partes —Asamblea Nacional y Ejecutivo—, con el Judicial jugando en las sombras, que zanjen sus diferencias. Urgentemente, faltando menos de trece meses para las elecciones.

Varios han ofrecido mediar. Uno de ellos, el Colegio Nacional de Abogados. Algunos políticos, principalmente del PRD, han pedido la intercesión del arzobispo Ulloa. El problema, a juicio de quienes analizamos la situación sin parcializarnos hacia ningún sector, es ¿qué es lo que hay que mediar?, ¿si el objeto de la posible mediación es ilícito?, como son las partidas indebidas y poco explicadas, las planillas brujas y donaciones, recibidas por los diputados, con el consentimiento expreso del MEF —quien autorizó los desembolsos— y el visto bueno del presidente Varela, que prefirió el pacto de gobernabilidad con el PRD a cambio de toda clase de prebendas, para impedir que Cambio Democrático molestara. Esto finalizó cuando rehusaron seguir recibiendo (o pidieron demasiado y no se lo dieron) al discutirse aprobación o improbación de las magistradas propuestas por Varela en diciembre pasado.

El principio universal de derecho, es que sobre las cosas ilícitas —como las que están en el tapete— no pueden ser objeto de transacción o mediación. Y que el contralor Humbert no investigue las planillas de la Asamblea ni lo que hicieron con los dineros recibidos del PAN o de la Asamblea, no está en discusión, porque no está en su discrecionalidad el ignorar lo que ha encontrado. Tiene que continuar en su trabajo de auditoría; no le queda otra y ello no puede ser objeto de tregua alguna.

Frente a ello, qué se debe hacer para superar la crisis, advirtiendo que quien tiene que sentar las bases para seguir hacia delante es el presidente de la República:

1. Que la Contraloría General de la República siga llevando a cabo sus auditorías y que el Ministerio Público y el Órgano Judicial investiguen y lleven a juicio a todos los que, con las barbaridades que hicieron, cometieron hechos ilícitos. Para ello, el Ejecutivo debe facilitar los recursos financieros para que puedan llevar a cabo su trabajo a cabalidad y rápidamente.

2. Que el presidente Varela y sus ministros se comprometan a separarse de la próxima contienda política, enfocándose en el rol que le corresponde como estadista a 13 meses de las elecciones: que sean libres y sin ninguna ayuda a candidato alguno. Si esto se hace en Costa Rica, no veo por qué no podemos hacerlo aquí.

3. Que se impida que todo aquel implicado en alguna situación delictiva, producto de las auditorías que realiza y ha realizado la Contraloría General, pueda aspirar a cargo público alguno en las próximas elecciones.

4. Que se firme un Pacto por la Democracia, que no solo incluya a partidos políticos, sino también a la sociedad civil, para que se garantice en el próximo periodo una lista de leyes a consensuar y aprobar para ponerle fin a las prácticas corruptas existentes y a la impunidad que se ha convertido en una especie de política de Estado.

5. Que se establezcan los programas claves que se tendrán que llevar a cabo para obtener el desarrollo más equitativo y solidario del país.

Es hora de que pensemos en el futuro del país. De que es posible que construyamos las bases de la democracia que se han ido deteriorando desde 1989, es posible, pensando en la construcción de un país más solidario y más humano.

Juan Carlos Varela tiene la palabra.

ABOGADO, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus