• 29/12/2018 01:00

Diciembre con olor y sabor a tierra adentro

Diciembre, aparte de ir culminando un año y celebrar la Navidad, es un mes doloroso y trágico por los recuerdos

Diciembre, aparte de ir culminando un año y celebrar la Navidad, es un mes doloroso y trágico por los recuerdos que nos traen cada 20 conmemorando aquella cruenta invasión a nuestra nación por las tropas norteamericanas, so pretexto de una liberación. A casi 30 años de ese genocidio, se va aclarando la verdadera historia y todavía falta mucho por develar de esos aciagos días.

Pero este diciembre fue diferente, asintomático y atípico. Vimos en el centro del país duras escenas de violencia, empujones, sombreros a la pedrá, cutarras y botas, garrafones de leche, en medio de caballos, machetes, tractores y cosechadoras.

Luego, casi inmediatamente arrestos y búsqueda de productores en sus residencias para inculparlos y acusarlos de varios cargos, entre ellos: atentando contra la seguridad pública, delitos contra la administración pública, la administración de justicia, privación de libertad, así como contra la vida e integridad de dos ministros de Estado.

Independientemente de los argumentos esgrimidos, hechos públicos, tales infiltración política, participación de elementos foráneos, ajenos a la manifestación, planificación orquestada, también es cierto que hubo excesivo uso de la fuerza, ánimos exaltados, provocación de ambas partes, confusión, descontrol, falta de previsión y comunicación con los dirigentes y la posibilidad de diálogo antes de que se realizara la actividad.

Pero la mayoría de los sectores pensantes objetivos y analíticos, coinciden en que el sector primario de la economía llegó a su máxima expresión; la válvula de escape hizo explosión y ocurrió una implosión, un punto final de inflexión, que viene acumulándose por varios años. Los productores, aparte del momento político que se vive, están agotados, fatigados y cansados de tantas promesas y diálogos, que parecen no tener resultados concretos. Se ha perdido la fe y la confianza. Eso hay que restaurarlo y recuperarlo, deponiendo actitudes de las partes.

Esas escenas no deben volver a repetirse nunca; nuestros productores deben enfrentarse a nuevos y grandes desafíos, pero con el apoyo de los Gobiernos de turno. Allí están los nueve puntos presentados por ellos. Hay que regresar a la mesa de diálogo y negociaciones, pero, a pesar del corto tiempo en que finaliza el actual Gobierno, deben cumplirse los compromisos y acuerdos pactados regular las importaciones y acciones concretas a corto plazo.

Por allí anda la Ley 628 que el Ejecutivo remitió a la Corte Suprema de Justicia, porque se declaró inexequible en función de los numerales 25 y 28 de su artículo 11; a través del cual se dicta las normas para una política sostenible e inclusiva.

Ojalá que este diciembre de productores en la calle, acumulación de cadena de sucesos con sus dramáticas consecuencias, no aparezca más en el calendario y los hombres y mujeres que producen comida en el suelo patrio, regresen a sus campos a enterrar la semilla en los surcos de grandeza, prosperidad y amor a Panamá. Pero con digno carácter, no con ultrajes y vejaciones. Así también se hace patria.

EL AUTOR ES INGENIERO AGRÓNOMO Y PRESIDENTE DEL COLEGIO DE INGENIEROS AGRÓNOMOS DE PANAMÁ (CINAP).

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