• 29/07/2019 02:03

El mismo maquillaje

‘Si teníamos esperanza en los nuevos actores, las ilusiones sobran. Se han pintado con el mismo maquillaje. La trama se acentúa [...]'

Hace algunos años publiqué un articulo en donde señalaba que seria interesante ver cómo algunos de nuestros buenos y creativos escritores retrataban dentro de algunos lustros, en broma y en serio, la realidad que estamos viviendo como consecuencia de las gestiones de Gobierno de los últimos años, incluyendo la que acaba de iniciar, particularmente desde la perspectiva de la Asamblea de Diputados. En la distancia deben poder darnos reflexiones literarias más prodigiosas cuando los temas hayan descansando por un tiempo. Ojalá, para entonces, hayamos corregido los males políticos y socioculturales que hoy nos agobian.

Quiero suponer que las investigaciones continuarán, mucha gente irá presa, se recuperarán cientos de millones de dólares y esos dineros serán invertidos en asuntos que beneficien directamente a los más necesitados. Y las penas cargadas a los malsanos, en cumplimiento o cumplidas, servirán de ejemplo y escarmiento para que nadie más se atreva. Quiero imaginarme también que en ese tiempo, o sea, dentro de un par de décadas, podremos mirar los sucesos de los últimos 60 años, por decir un número, y siempre sentir vergüenza por dejar que esto nos pasara.

Este tiempo que vivimos da para mucha literatura novelesca, y de la buena. Para libros de cuentos hay como para no acabar. Imagínense los hechos: un país que se vanagloria de sus estructuras de cemento, sus grados de inversión, y los aplausos que recibe desde afuera por sus supuestas ventajas económicas, pero que tiene sus escuelas en las peores condiciones. Es inconcebible; allí hay para mucho y en otras esferas pensarían que es fantasía.

En ese mismo escenario, tres diferentes niveles educativos compartiendo el mismo salón de clases. Eso da para muchos cuentos. Es decir, un buen escritor puede encontrar muchos relatos en ese escenario desde diferentes perspectivas: la de los maestros, los muchachos que se distraen con lo que ocurre en la otra clase; el director del colegio, un padre de familia que hace lo posible porque su hijo vaya a aprender algo.

Hay otros cientos de escenarios y eventos. Los muy bien conocidos con sus personajes que se han retratado cada cual a sí mismo con sus pinceles enlodados (para mantener este relato dentro de las esferas artísticas). O digamos se han fotografiado con su propio celular (esa figura es para contextualizar la época).

Todavía hay un desaparecido, Vernon Ramos, por lo que hay misterio. Misterio porque se evita mencionar personajes de las altas esferas sociales. También hay misterio en los muchos e insólitos nuevos millonarios. Hay incredulidad en el actuar de las esposas que se lanzan a gastar y gastar el dinero dispuesto por el marido sin indagar cómo lo obtuvo. Hay intriga, amor y celos, amigos y amigas (para decirlo de alguna manera decente).

Solo hay que pensar en lo que ha tenido que ver y oír un escolta de esos que les gusta a las altas autoridades tener cerca. No me refiero a las cosas serias o incluso las ilegales que no te dejarían dormir si las supieras. Me refiero a las ínfulas que adoptan ciertos funcionarios cuando alcanzan esos puestos; la cuota de poder; la entrega de regalos costosísimos para ganarse la mirada de una pretendiente (comprado con el dinero tuyo y mío, debo recordarles). Y la muy creída se hace rogar unas cuantas veces más para lograr que el funcionario pretendiente le siga enviando regalos con el escolta. Y él sabe que si no fuera por esos regalos, o los masajes en los ‘spas' o las compras en los ‘Malls', todo pagado por ti y por mí, ella ni se fijaría en él.

Pero pareciera que en este tiempo, si hay para ensayos históricos o novelas ficticias, no da para crónicas con héroes. No parece que los misterios entre los bancos y las entidades financieras se conocerán. Allí donde depositaron todos esos millones de dólares, a pesar de las restricciones sobre esa materia. Hasta ahora y por lo que sabemos, los entrelazados conspicuos o conocidos entre la mayoría de los personajes, si se conocen, nadie está hablando.

Si teníamos esperanza en los nuevos actores, las ilusiones sobran. Se han pintado con el mismo maquillaje. La trama se acentúa y siguen agregando nuevas historias para los relatos. Mientras tanto, no se concreta sin ambigüedades la manera en que se redefinió la historia de la Nación.

COMUNICADOR SOCIAL.

‘Quiero suponer que las investigaciones continuarán, mucha gente irá presa, se recuperarán cientos de millones de dólares y esos dineros serán invertidos en [...] los más necesitados'

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