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- 21/12/2014 01:00
20 de Diciembre, en la memoria de los patriotas
No debemos olvidar que para estas fechas murieron miles de panameños masacrados por la soldadesca yanqui durante la invasión del 20 de Diciembre de 1989. Todavía el pueblo panameño sigue exigiendo Justicia y reclama conocer la cifra real de muertos.
La mal llamada ‘operación causa justa’ inició la madrugada del 20 de Diciembre de 1989 y tuvo como preámbulo un bombardeo masivo que implicó el lanzamiento de 417 bombas en el plazo de horas, según registró en su momento el control sismológico de la Universidad de Panamá. Víspera de Navidad las tropas norteamericanas iniciaron su bombardeo en el populoso barrio de El Chorrillo, incendiándolo en su totalidad, así como ataques en otros puntos de la República.
La justificación de la invasión fue la supuesta captura del general Manuel Antonio Noriega, gobernante de facto. Sin embargo, su objetivo real era utilizar a Panamá como laboratorio de un poderoso arsenal de guerra, incluidos helicópteros, tanques, aviones, hummers, que luego se utilizaron en la Guerra del Golfo, en 1990, que, junto a otros acontecimientos en el plano mundial, permitió a los Estados Unidos configurar un nuevo escenario de dominación global.
Son 25 años de la salvaje agresión del imperialismo norteamericano a nuestro país, propiciada por los militares y el PRD y avalada por la Democracia Cristiana (Hoy Partido Popular), Panameñistas, Molirena y la llamada Cruzada Civilista, sin que hasta la fecha se haga justicia ni se proclame la fecha como día de duelo nacional.
Los Gobiernos postinvasión jamás han realizado el menor reclamo por la violación a la soberanía que significó la invasión; por la destrucción del barrio mártir de El Chorrillo; por las persecuciones, las detenciones arbitrarias, los desaparecidos y los asesinatos. Los Gobiernos jamás han hecho un reclamo al Gobierno de los Estados Unidos por el genocidio cometido. En estos 25 años, todos los gobernantes de turno se han mantenido entreguistas y vendepatrias.
Tanto los que causaron la invasión, como quienes la pidieron o avalaron se han enriquecido y beneficiado del genocidio del 20 de Diciembre de 1989, pero también acumularon fortunas durante el régimen militar instaurado en 1968; son los mismos que han estado y están involucrados en los casos de corrupción e impunidad.
Hoy, nuestro pueblo se ve envuelto en esta vorágine de denuncias y acusaciones de corrupción, en la medida que todos han sido cómplice de los robos a las arcas del Estado y de los negociados más escandalosos. Igualmente, los sucesivos Gobiernos del periodo postinvasión se han confabulado para imponer políticas de hambre, miseria y represión contra el pueblo. En ellos, todos los partidos tradicionales tienen una gran responsabilidad en todos estos desmanes.
Estamos frente a una crisis institucional en la que están inmersos todos los órganos del Estado. En ella, tanto acusadores como acusados, así como los llamados a investigar e impartir justicia, carecen de toda autoridad moral y credibilidad.
Frente a la crisis institucional que vive el país, las organizaciones del pueblo tienen que intensificar sus esfuerzos para construir Poder Popular y crear las condiciones para la autoconvocatoria de una Asamblea Constituyente Originaria con plenos poderes para barrer el injusto, excluyente e inhumano sistema de dominación económica y política que hoy impera y que jamás podrá ofrecer soluciones reales a la difícil situación de los hogares humildes para dar paso a la fundación de una nueva república soberana, democrática y próspera, con valores éticos, justicia y equidad social.
Los muertos de la invasión seguirán viviendo en los esfuerzos de los luchadores sociales en defensa de los mejores intereses de la Patria. A 25 años de la invasión ni olvido ni perdón, exigimos justicia.
SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.