• 24/01/2020 00:00

La agonía del lago Gatún

El nuestro, es el mundo de la miseria inducida, ya advertía Naomi Klein (2007) en su obra la Doctrina del Shock. La crisis de agua que experimenta el lago Gatún también ha sido inducida por la ambición desmedida de la oligarquía panameña y su apología del desastre como mecanismo de dominación.

El nuestro, es el mundo de la miseria inducida, ya advertía Naomi Klein (2007) en su obra la Doctrina del Shock. La crisis de agua que experimenta el lago Gatún también ha sido inducida por la ambición desmedida de la oligarquía panameña y su apología del desastre como mecanismo de dominación.

Lamentablemente, lo malo nunca tiene dueño, ¡perdón!, sí tiene, para la oligarquía panameña siempre son los pobres. Todavía no he podido escuchar a ninguno de estos profetas del mal reconocer que la crisis del lago Gatún se agravó con la ampliación del Canal. Pues, parafraseando a Steven Shapin, solemos aceptar como verdad científica lo que en realidad es el resultado de un juicio elitista que “estabiliza” una afirmación y la convierte en verdad, dado su control de los medios de difusión.

En realidad, la burguesía nacional y la extranjera planearon y orquestaron la expansión del Canal, mientras que el pueblo quedó soslayado de espaldas al mismo. “Desde luego, quienes abanican el proyecto de expansión son los sectores económicos panameños y no los sectores populares, por la sencilla razón que no son dueños de empresas ni tienen grandes capitales ni manejan negocios…”, acotó el historiador colonense Jorge Luís Macías F.

Estos profetas de la ampliación del Canal siempre supieron que un tercer juego de esclusas exigiría mayor utilidad de agua, capacidad que la cuenca existente del Canal que alimenta los lagos Gatún y Alajuela, en poco tiempo no podría suplir. Pero, por ello, no podía detenerse la algarabía mercantil que auguraba la mega obra. Ahora, la merma de lluvias ocasionadas por los cambios en los patrones pluviales y sobre todo, el mal uso del recurso por los sectores populares son causales, menos aceptar que la problemática ha sido inducida por su postura avara.

Crear embalses, era impensable, atizaría la explosión social. “La necesidad de crear nuevas reservas de agua (por medio de embalses) incomoda justificadamente a los habitantes de las tierras que serán afectadas”, acotó el Dr. Pichel R. Daniel (2005, 24 de julio. La Prensa, p.12). La inestabilidad sería poco propicia al buen negocio. Es entonces, cuando asoma el gran fraude: un proyecto de ampliación con “tinas reutilizables” como la gran panacea.

Es evidente que la situación del lago Gatún por falta de agua se agrava a partir del proyecto de ampliación. Antes, el agua se vertía al mar en cada esclusaje por Gatún, Pedro Miguel y Miraflores, pero ahora con el Canal ampliado (Aguas Claras, Cocolí) y sus tinas para supuestamente reutilizar agua, otra gran cuota va al mar. Ello se está reflejando en el nivel de agua del lago Gatún.

Nosotros en Costa Abajo, que prácticamente hasta hace poco éramos una especie de usuarios indirectos de ese Canal para pasar de un lado a otro, hemos sido testigos del agua que va al mar en cada esclusaje. ¡Eso no salen a decirlo!, porque nos vendieron la idea de que las tinas reutilizables evitarían la salida de agua al mar. Ni hablar de la promesa de un Canal ampliado a nivel que terminó igualmente siendo a esclusas.

En suma, para estos grupos neoliberales la catástrofe vende, las crisis y los desastres generan riquezas, por eso las inducen; y luego culpan a los pobres. Esta crisis del agua atiza lo de la privatización total del recurso para abrirle definitivamente las puertas al absurdo, antidemocrático y antihumano Proyecto Transnacionalizador o Plan TISA.

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