• 16/03/2020 04:00

La peste insuperable (o nuestra conducta en tiempos de crisis)

Ya que el deporte de la especulación ignorante es lo que nos encanta hacer, especulemos un tanto sobre lo siguiente: “El pueblo panameño es un pueblo noble”.

Ya que el deporte de la especulación ignorante es lo que nos encanta hacer, especulemos un tanto sobre lo siguiente: “El pueblo panameño es un pueblo noble”. Esa es la frase que utilizamos para eximirnos de nuestras perversidades. Para pasar agachados o para exculparnos.

La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define el adjetivo “noble” como: “honroso, estimable, como contrapuesto a deshonrado y vil”. Pero al especular sobre las cosas de las cuales no tenemos idea o ningún conocimiento, sentados en el sillón de la casa, con el aparato electrónico en mano, regañando y cuestionando a todos los expertos que se han pasado décadas estudiando un tema… podríamos reflexionar, como ya dije, sobre si somos o no “un pueblo noble”.

Más bien parecemos lo “contrapuesto” definido por la RAE… Deshonrado: “Pérdida de la honra”, y vil (viles): 1- Bajo o despreciable. 2-: Indigno, torpe o infame. 3-: Dicho de una persona: que falta o corresponde mal a la confianza que en ella se pone”. Pero es justo agregar el ya trillado “no todos” o “claro que hay excepciones” para tener esperanza, tapar el sol con un dedo o para salvarnos de nosotros mismos.

Aquí hay tres actores: 1- las autoridades que tratan de hacer su trabajo y, mediante los tropiezos normales que puede producir una situación como esta, mantener informados al público, 2- los ignorantes que sencillamente se agarran sobre su mal pensado “derecho a opinar” y 3- los que están por hacerle oposición al Gobierno en todo: enredar las cosas; aunque sea en una situación tan delicada, que más bien debería unirnos como país.

El COVID-19, mejor conocido como el coronavirus, fue advertido por primera vez a mediados de noviembre de 2019 en Wuhan, China. Panamá reportó su primer caso el martes 10 de marzo de 2020. Estoy seguro que la experiencia de los chinos y los especialistas en los otros países alrededor del mundo, que han tenido que enfrentar esta declarada pandemia mundial, está sirviendo de base para que nuestros expertos médicos y profesionales panameños, puedan minimizar los efectos y la propagación del coronavirus en nuestro territorio. Es lo lógico y no hay que ser muy aventajado para deducir esto. Sin embargo, es imperativo y responsabilidad de cada ciudadano seguir las instrucciones de nuestras autoridades para que, entre todos, podamos superar esta amenaza.

Pero el segundo actor (los que ejercen su derecho a opinar), lo que hacen es crear confusión y caos. Si aún no nos hemos indignado sobre los que no tienen problemas con el ya conocido “robó pero hizo” (que ya cuentan miles y miles de adeptos si tomamos en cuenta los últimos comicios electoreros)… poco enojo parece provocar los que, en tiempos de crisis como ahora, sin prejuicio ni contención personal, crean y/o comparten mensajes, por las redes sociales, con contenido poco creíble y/o desconociendo su origen.

Qué bajos los “nobles” que acaparan los productos necesarios para sanear el entorno de las personas. Hay que ser muy indigno para llegar a un establecimiento y llevarse 20, 30 o 50 unidades de un producto cuando otros ciudadanos, tan merecedores como tú, desean obtener lo mismo. Muy infame, cuando le quintuplicas el precio y más infame el que levanta una campaña de cuestionamiento pensando en las próximas elecciones.

Es una peste malsana y el retrato no deja lugar a dudas… Las imágenes en los supermercados, el acaparamiento de productos, la burla a las autoridades y una notable insistencia por identificar a los contagiados o enfermos, sus amigos y familiares y el lugar en donde viven, es como demasiada indiferencia. Hasta de la forma de hablar de la ministra de Salud se han burlado en Twitter y profesionales de otras disciplinas, serios a morir y con autoridad, emiten opiniones y sugerencias sin tomar en cuenta que, de su propio oficio, sería un acto de atrevimiento que otros opinaran si no tuvieran los elementos formativos y la experiencia que se requiere para eso.

En su novela “Ensayo sobre la ceguera”, José Saramago escribió que: “Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos”. El coronavirus es un tema que superaremos tarde o temprano y se lo deberemos a esos dedicados funcionarios de la salud. Superar la conducta que exhibimos, no será tan sencillo.

Comunicador social.
Lo Nuevo
comments powered by Disqus