• 26/04/2020 00:00

Las mujeres y el confinamiento

El grupo Trinka, a través de su Comisión de Educación, Cultura y Creatividad, que preside la trinkosa Gloria Young, y a la que pertenezco, organizó un interesante foro bajo el título “¿Están seguras las mujeres en el confinamiento?”.

El grupo Trinka, a través de su Comisión de Educación, Cultura y Creatividad, que preside la trinkosa Gloria Young, y a la que pertenezco, organizó un interesante foro bajo el título “¿Están seguras las mujeres en el confinamiento?”. La actividad contó con la participación de destacadas féminas, incansables luchadoras contra la violencia de género. Poetas, escritoras, intelectuales y profesionales de Marruecos, Londres, Uruguay, México, España y Panamá, intercambiaron ideas sobre los peligros que enfrentan las mujeres alrededor del mundo ante el confinamiento obligatorio en tiempos de muerte por COVID-19.

Ante la pregunta de fondo: ¿Están las mujeres seguras en el confinamiento?, la respuesta contundente fue un rotundo “no”.

La violencia de género es cualquier acto violento o de agresión, basado en una relación de desigualdad, en el marco de un sistema de relaciones de dominación de hombres sobre las mujeres y que pueda ocasionar un daño físico, sexual o psicológico.

El confinamiento imprescindible, en tiempos de COVID-19, ha obligado a las mujeres, en situaciones de riesgo, a estar encerradas con su agresor. Este tiene un absoluto control en el ciclo de la violencia, los estresores como ansiedad, incertidumbre, miedo e incluso hacinamiento se han convertido en nuevos ingredientes para un tema que es considerado de salud pública.

Además de la agravante de que nuestra región sufre profundas desigualdades, el virus maldito, aunque no discrimina clases sociales, sí saca a la luz lo peor de nuestra inequidad. Los confinamientos no son los mismos ni se sobreviven de igual manera. En países como Marruecos y España, se han habilitado plataformas digitales para poner denuncias, pero ¿cuántas damas pueden tener acceso a ellas? En nuestro país la Red de Apoyo Vecinal y Familiar, que es la que actúa con inmediatez ante situaciones de emergencia, tiene límites de movilidad por la cuarentena, aunque debo aplaudir a los vecinos de la dama rociada con gasolina por su expareja en Nuevo Emperador, que en un acto heroico y olvidando riesgos de contagio, lograron rescatar a la dama a tiempo. Al momento de escribir estas líneas su vida está en gravísimo peligro.

Aunque miles de mujeres viven tiempos difíciles por el incremento de violencia de género en el mundo entero a causa del confinamiento, el delicado tema es percibido por la sociedad como menos importante. Mueren miles de personas por la pandemia, es cierto, pero la violencia machista mata también, menos rápido, pero lenta y segura avanza, acumulando difuntas a su paso.

Con la pandemia llegó también el viento del cambio, la cuarta revolución industrial, la digital, la inteligencia de las cosas. Yo espero un nuevo cambio, el que realmente importa, aquel que es empático con el sufrimiento de los demás, aquel que termine con el individualismo, el que suprime nuestra humanidad por la productividad, el solidario, el que reconoce y ve el dolor ajeno, el que actúa para ayudar.

Como varón feminista, deseo que incluyamos, también, dentro de nuestros deseos de cambio, que tengamos una sociedad más vigilante, consciente e intolerante frente a la violencia contra nuestras madres, hijas y hermanas.

Todas ellas tienen un nombre.

Especialista en seguros.
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