• 17/05/2021 00:00

Globalización, conspiración y fraude (I)

“El dogma de las élites gobernantes de la Unión Europea (UE), que están adoptando los demócratas, es que las naciones no deben escuchar la voluntad de sus ciudadanos […]”

Luego de promover la Doctrina Monroe para nuestro hemisferio, la mayoría de países latinos gira como satélites en la órbita estadounidense, y acoge o es impuesta, gran parte de sus decisiones sociopolíticas, tanto positivas como negativas, y es por tal motivo, mi interés en alertar sobre la conspiración detrás de la usurpación izquierdista del poder en esa nación.

Para comenzar, es necesario entender algunos aspectos del fraude electoral en las pasadas elecciones y sus motivaciones.

Según datos de la Comisión Electoral Federal de Estados Unidos, en las pasadas elecciones hubo 214 millones de votantes registrados en todo el país y hubo una participación histórica del 66 %, lo que significa que 141 millones de “votantes registrados” votaron.

El presidente Donald Trump, según el registro, obtuvo 75 millones de votos de votantes registrados, lo que significa que quedarían 66 millones de votos para Joe Biden. Si restamos 66 de 75, Biden perdería por 9 millones de votos.

Pero según cifras “oficiales” dadas, Biden ganó con 83 millones de votos. Al restar los 66 millones de votos por votantes registrados que recibió Biden de los 83 millones de votos “oficiales”, nos da 17 millones de votos extras, que son los votos fraudulentos provenientes de votantes fallecidos, máquinas de conteo de votos alteradas, votos de ilegales, balotas fraudulentas enviadas por correo sin verificación, maletas llenas de votos bajo mesas, conteo doble y triple, etc.

En pocas palabras, hubo decenas de millones de votos más que votantes registrados para votar, que es una traición al sistema electoral y al pueblo estadounidense, millones de los cuales consideran a Biden como un presidente ilegítimo.

Hoy día, según analistas políticos, el 95 % de los activistas y seguidores del Partido Demócrata, además de lavarle el cerebro, está atrapado en la red marxista y obligado a aceptar los principios o dogma del socialismo, y el 5 % que objeta, es totalmente marginado por la izquierda, hasta la intrascendencia.

Por otro lado, hace un par de años, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macrón, en un comunicado conjunto, dijeron lo siguiente: “Los estados nacionales deben estar preparados hoy día para renunciar a su soberanía, y que naciones soberanas no deben escuchar la voluntad de sus ciudadanos en asuntos de inmigración, fronteras o incluso sobre soberanía”.

El dogma de las élites gobernantes de la Unión Europea (UE), que están adoptando los demócratas, es que las naciones no deben escuchar la voluntad de sus ciudadanos y, en última instancia, no permitir que sus ciudadanos o “súbditos” cambien el Gobierno colectivista global a través del voto.

Los principales líderes del Partido Demócrata han expresado reiteradamente que Barack Obama les ha demostrado que es posible eludir la opinión pública e imponer su agenda. Se quedaron atónitos con los programas y la agenda que Obama pudo imponer a Estados Unidos prácticamente con muy poca oposición o resistencia. …

Planificador jubilado.
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