• 05/03/2022 00:00

De vuelta al colegio

“[...] para que la apertura de las aulas de clases sea extensiva y transcurra sin interrupciones, es absolutamente necesario que todos estemos conscientes de nuestro grado de responsabilidad en nuestras acciones diarias [...]”

“¡Qué gran emoción volver a las clases en mi colegio!”. Escuché a un niño decir esta frase con un brillo en sus ojos, hace un par de días. Pues, tras dos años de educación virtual y modalidad combinada producto de la pandemia, los estudiantes retornan a sus aulas de manera presencial.

Ese lugar llamado “escuela”, “colegio”, donde circula el deseo de aprender, el compañerismo y la magia del encuentro entre los estudiantes y docentes, por fin abre sus puertas. Somos seres sociales y necesitamos convivir con los demás para seguir evolucionando, y aprendiendo el uno del otro, aunque sea a un metro de distancia.

Las clases presenciales son esenciales tanto para el desarrollo intelectual como emocional, social, físico y cognitivo del estudiante.

Desde marzo de 2020, el mundo de la educación ha dado un giro jamás imaginado, debido a la pandemia. En nuestro país, miles de estudiantes no pudieron recibir clases, lo cual produjo, entre otras cosas, una gran deserción escolar. Pero también, hemos sido testigos del descubrimiento de un sinfín de talentos que provocó el despliegue de la creatividad y, muchos jóvenes, al finalizar la etapa secundaria, se han convertido en nuevos emprendedores de su propio negocio. En este sentido, los padres también han tenido un gran aprendizaje en cuanto a la parte educativa y tecnológica, al salir de sus áreas de confort y convertirse en maestros de sus hijos, en el hogar.

Educar en valores es una labor loable y gratificante. Para los educadores, crear valor es un desafío, un pacto con la humanidad. Requiere planificación, paciencia, entrega, esfuerzo, inversión de tiempo y hasta desvelos. Pero, es indescriptible el regocijo que se experimenta al ver culminada esa etapa educativa del estudiante, ver cómo despliega su talento y potencial de manera positiva, como profesional y ciudadano ejemplar que aporta a la construcción de una mejor sociedad.

En tal sentido, el Dr. Daisaku Ikeda, filósofo, escritor y presidente de la Soka Gakkai Internacional, menciona en un ensayo lo siguiente: “Los valores que subyacen a la educación, dan forma a los individuos y a la sociedad.  El desarrollo de una sociedad humanista y enriquecedora depende en gran medida de una orientación humanista en la educación, que dirija a los estudiantes hacia la riqueza de sus vidas interiores y la interdependencia de sus vidas con la de los demás y con el planeta mismo”.

La educación forma parte de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas. De los 17 objetivos, el número 4 habla sobre “Educación de calidad”; donde se debe garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, promoviendo oportunidades de aprendizaje de por vida para todos. Este objetivo se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y comprobados para garantizar el desarrollo sostenible.

Debido a las diversas situaciones que vivimos hoy día, a nivel mundial, es imprescindible que se refuercen los siguientes temas en las aulas escolares:

Educación para la paz: en la que los estudiantes aprenden sobre la práctica de la no violencia, cómo solucionar conflictos pacíficamente, utilizando el diálogo y mostrar las realidades de una guerra en la sociedad humana. Se hace necesario que el ser humano aprenda a ser resiliente.

Educación en salud integral: para tener un equilibrio entre los factores físicos, biológicos, emocionales, mentales, espirituales y sociales, que permiten un adecuado crecimiento y desarrollo en todos los ámbitos.

Educación ambiental: para estudiar las realidades ecológicas actuales y los métodos para proteger el medio ambiente. Nuestro planeta nos está haciendo un llamado con el cambio climático, que cada vez se acentúa más.

Educación en Derechos humanos: para despertar la conciencia de la igualdad, el respeto y la dignidad humana.

Aunado a esto, son necesarias más actividades físicas, musicales y artísticas, ya que son elementos clave para mejorar la autoestima, el compañerismo, el trabajo en equipo, la memoria, la creatividad, la socialización, y la capacidad de resolución de problemas.

En esta nueva etapa escolar, se hace indispensable que los padres conversen seriamente con sus hijos en casa y, recalquen las medidas de higiene y seguridad que deben seguir en el colegio, de modo que este regreso a clases sea lo más saludable y provechoso para todos. Mientras tanto, las autoridades deben garantizar espacios seguros y propicios en todo el perímetro escolar.

Por lo tanto, para que la apertura de las aulas de clases sea extensiva y transcurra sin interrupciones, es absolutamente necesario que todos estemos conscientes de nuestro grado de responsabilidad en nuestras acciones diarias, para que la educación continúe sin detenerse, en beneficio y desarrollo de nuestros hijos, de la sociedad y de nuestro país.

Periodista, Soka Gakkai Internacional de Panamá.
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