A la ‘Panamá en la encrucijada’ de Omar Jaén Suárez

Interesante el artículo de Omar Jaén Suárez, “Panamá en la encrucijada”, que publicó en La Estrella de Panamá (3/6/2025), toda vez que aborda temas trascendentales del estado de convulsión social de sectores muy humildes, pero además los educadores, un gremio médico, enfermeras, etc. Sectores esta vez unidos contra la Ley de la CSS, muy pocas veces antes vistos juntos en protestas militantes contra nuestros gobernantes.

Lo que debemos es alcanzar acuerdos, por difíciles que hoy parezcan; sin embargo, el deber de los gobernantes, más bien su responsabilidad de hoy, consiste en lograr la paz mediante el diálogo universal, inteligente y pacificador. No podemos desconocer que existe una perturbación sensible de la gobernabilidad y efectos negativos en el desarrollo de nuestra economía, como se evidencia en el colapso de la empresa bananera y 5.000 jefes de núcleos familiares cesantes, que de repente, en un santiamén, nos encontramos inmersos y todos, al final, seremos perdedores y afectados de alguna manera.

El amigo y siempre cordial Omar Jaén, sin quererlo así, dejó de considerar otros temas para examinar en el debate soberano que estamos sugiriendo, como un cuarto juego de esclusas que se está diseñando y estructurando a espaldas del pueblo soberano y su respectivo embalse en el río Indio, como lo contempla el Art. 325 de nuestra Constitución mediante un referéndum popular.

Además, la amenaza como la espada de Damocles contra la república soberana, que representa la enmienda de Concini vigente a perpetuidad, la que podría aprovechar la administración Trump y apoderarse del Canal y su operación, con el aval de la OEA y la ONU, si los disturbios civiles y confrontación con la fuerza pública recrudecen. Temas estos para un gran debate nacional, el que se requiere urgentemente para recuperar así la paz y convivencia respetuosa en el marco democrático.

Omar Jaén Suárez tuvo el tino de incluir el peligroso, hasta explosivo tema sobre la posible reapertura de la mina de Cobre, con el agravante de que existe un fallo de la CSJ donde se cancela para siempre este modelo de desarrollo en Panamá. Quizás en ese diálogo soberano, acordemos un referéndum popular, donde el soberano tome la decisión final sobre la apertura o no de la mina... sería un ejercicio hermoso que fortalecería nuestro Estado de derecho democrático.

Finalmente y respetuosamente, observamos excesivamente precavido o cauteloso a Omar, al no aprovechar su prestigiosa pluma y alto respeto que le concedemos las mayorías, y atreverse a sugerir al señor presidente que, para recuperar la gobernabilidad, el equilibrio y la tolerancia democrática y convivencia pacífica, el señor presidente debe reconocer y atreverse a rectificar con valentía y coraje, propio de los estadistas legítimos, que existen antecedentes de un dirigente fuerte, el jefe del Gobierno, el general Omar Torrijos, quien al escuchar el clamor y sentimiento íntimo de su pueblo panameño, derogó la reforma educativa y el pueblo lo premió como todo un estadista.

Pero además, años después decidió cancelar el proyecto de la explotación de la mina de cobre Cerro Colorado, uno de los yacimientos de cobre más ricos en América, con estas palabras: “Después de haberme convencido de que la explotación de la mina Cerro Colorado sí afectaría la salud de mi pueblo, flora, fauna y medio ambiente, preferible dejar esa riqueza que contiene esta mina como un plazo fijo para el beneficio de las futuras generaciones, para entonces los conductores de este pueblo responsablemente, sabrán determinar que los avances tecnológicos del mañana son capaces de explotar Cerro Colorado sin que cause la muerte siquiera a una torcaza ni a un conejo pintado, y mucho menos a algún aborigen de las faldas de este Cerro Colorado”.