Captación de agua lluvia

El tema del agua se ha vuelto actualmente un asunto de extrema urgencia sobre todo en esta época seca que cada año es más fuerte. Se debe tener bien claro que el manejo del agua debe enfocarse de manera integral. No es solo la generación del recurso, sino también su tratamiento y distribución. En ambos casos falta mucho por hacer. Nos centraremos aquí en cómo podemos adaptarnos a esta nueva realidad.

Ya desde tiempos inmemorables, el agua siempre ha sido el centro de muchas culturas y pueblos a través de la historia humana. Por ejemplo, en las regiones más áridas del planeta, su ahorro y almacenamiento incluso, estaba regulada por ley; así como también, la penalización del mal uso. En los pueblos del Medio Oriente existía una cultura del agua muy desarrollada en que se aprovechaba al máximo este recurso.

Pero, ¿cómo almacenaban el agua estos pueblos antiguos? Lo hacían mediante estructuras muy básicas denominadas aljibes. Era un depósito destinado a guardar el producto de aguaceros. El origen de este término proviene del árabe hispano ‘algúbb', que significa pozo o cisterna. Algunos de ellos tenían fines domésticos o agropecuarios, incluso militares.

En ellos se almacenaba agua de lluvia para utilizarla posteriormente en huertos familiares, ganadería, entre otros, hasta por un periodo de tres meses. Un ejemplo de esta estructura se puede observar en el campus central de la Universidad Tecnológica de Panamá, en la avenida Ricardo J. Alfaro (Tumba Muerto).

Se puede decir que este sistema ha evolucionado y hoy, en pleno siglo XXI, se habla de sistemas de captación de agua de lluvia, lo que, en mi opinión, sería una versión moderna de los aljibes antiguos. Con el fenómeno de El Niño y el impacto del cambio climático, el abastecimiento de agua en la época seca, se ha agudizado; lo que nos plantea el reto de encontrar opciones innovadoras para asegurar el suministro de este vital líquido.

Este sistema consiste en preparar un reservorio para almacenar el líquido lluvioso que es ‘captado' por medio de tuberías en las que se intercepta una corriente de agua de lluvia desde un techo, estacionamiento o superficie de tierra para tenerla a disposición en un reservorio natural o artificial. Actualmente MiAmbiente impulsa este sistema en comunidades del Arco Seco y la península de Azuero, entre otras.

El agua que se almacena, puede utilizarse en los comedores escolares, servicios sanitarios, actividades de limpieza y el mantenimiento de huertos escolares y otros.

Es importante considerar este sistema en los proyectos inmobiliarios de carácter público y privado, ya que de esta forma se tendría agua cruda para actividades que no requieren agua potable y así, ahorrar agua y bajar el gasto familiar. El precio de la casa/apartamento puede incluir el costo de instalación del sistema y así las personas recibirían sus propiedades con el sistema instalado.

Estos sistemas también lo pueden instalar empresas agropecuarias y por último, también sería una respuesta para las escuelas del país. Para esto se requiere un programa de incentivos adecuados para que las empresas se interesen y participen plenamente.

Es hora de innovar y de promover una cultura del agua que no solo se concentre en la conservación y protección del recurso, sino también en su uso racional. Es decir, el agua que producen nuestros bosques se debe utilizar de manera sabia hasta su última gota, tal como lo hacían esos pueblos antiguos.

Se han dado pasos importantes para alcanzar estos objetivos a través de la creación de los Comités de Cuencas Hidrográficas (51) en función de la Ley 44 de 5 de agosto de 2002 y el Decreto Ejecutivo 479 de 23 de abril de 2013. Ahora, es necesario fortalecer estos comités.

¡Reforestemos nuestras cuencas hidrográficas!

INGENIERO FORESTAL.

‘[...] ¿cómo almacenaban el agua estos pueblos antiguos? [...] (con) aljibes'