Anarquía

El gobierno del presidente Cortizo, como dice el panameño, comenzó con “el pie izquierdo”. Se inició en Panamá y en el mundo, llegó la pandemia del virus covid-19 con sus consecuencias funestas. Los diputados comenzaron a dejarse crecer las uñas.

El presidente Cortizo y sus innumerables asesores pensaron, como dicen muchos, que todo terminaría pronto. Que el virus covid-19 desaparecería y que a los diputados los complacería dándoles algunos puestos y “3 o 4 reales” (se equivocó totalmente, ellos son insaciables).

Tomando en cuenta lo anterior, el presidente Cortizo se dedicó a dotarle a su “querido” amigo, José Gabriel Carrizo, fuerza política nombrándolo ministro de la Presidencia y otorgándole atribuciones que correspondían a otros ministerios.

Por sus compras hechas, especialmente, relacionadas con la salud, fue muy criticado, sobre todo, por el alto precio con que ellas se efectuaron.

El gobierno de Cortizo, con el pasar del tiempo, se fue despreocupando totalmente de los muchos problemas que vienen afectando a todos los panameños.

Los ciudadanos, en todas las regiones del país, por muy diferentes causas, se han manifestado (la falta de empleos, el alza de combustibles, la carencia de agua, el deterioro de las calles y avenidas, el costo de la vida y de todos los alimentos).

Esos elementos han llevado, poco a poco, al país a una peligrosa anarquía.

Ya el panameño ha superado el “miedo” y se expresa claramente, protestando los efectos que le producen a él la situación que se vive en el país.

En todas partes, en la capital, en Colón, en Azuero, en las provincias centrales, Chiriquí, Bocas del Toro, los habitantes de esas regiones se lanzan a la calle. Unos protestan, otros cierran las calles, afectando a terceros; afortunadamente, los menos se aprovechan para cometer vandalismo.

Todo el mundo hace lo que quiere, mientras que el gobierno no se ha enfocado en la realidad que hoy día tenemos y elaboran planes para minimizarlos. No va al fondo de ellos. Todo el dinero que ingresa, incluyendo los cuantiosos préstamos se utilizan para beneficiar y engordar a la planilla estatal.

Estamos conduciéndonos a esa anarquía tan peligrosa que está imperando en Panamá, por falta de enfrentar la situación por parte del gobierno nacional.

Los diputados en lugar de contribuir a solucionar la situación caótica en la que nos encontramos, ellos, para beneficio de ellos mismos, aumentando los gastos de la Asamblea, agravan el problema que el país tiene.