• 24/06/2017 02:00

Panamá y la China dividida

Taiwán ha sido amigo y país solidario con el pueblo panameño desde su surgimiento, a raíz de los desmanes del régimen comunista chino. 

Taiwán ha sido amigo y país solidario con el pueblo panameño desde su surgimiento, a raíz de los desmanes del régimen comunista chino. Ahora a Taiwán le llaman ‘el país que hacía diplomacia con chequera'… Pero TODOS LOS PRESIDENTES Y TODAS LAS PRIMERAS DAMAS, en los últimos 60 años, recurrieron siempre a la ayuda de Taiwán para respaldar sus proyectos y cubrir necesidades. Mi familia, en especial mi tío Fermín Chan y su esposa Luisa Fung de Chan, fueron interlocutores ante el Gobierno de Taiwán y enlace de la cooperación con Panamá. Cientos y quizá miles de proyectos se financiaron con ayuda (no préstamos) de Taiwán.

Es innegable que la China Popular (comunista) es una potencia más grande, pero la manera en que se fraguó el reciente rompimiento con Taiwán para establecer relaciones con Pekín, con nocturnidad, sin tomar en cuenta el sentimiento de la comunidad chino-panameña, que tantos aportes ha hecho a nuestra nación, la verdad, deja un muy mal sabor.

Siempre he pensado que la ingratitud y la traición son de las peores facetas humanas. Pienso que la mínima regla de agradecimiento y cortesía por todo lo que como país hemos ordeñado a Taiwán hubiese implicado advertir a su embajador que se llevaban adelante conversaciones con la China comunista.

Probablemente es una buena decisión, solo el tiempo lo dirá, pero, realmente, como panameño y como miembro de una familia china establecida ya hace cinco generaciones en Panamá, puedo decir que me siento avergonzado. ¿Por qué no empezamos devolviendo algunos de los donativos que nos dio Taiwán?

No hablo de hospitales ni escuelas, devolvamos el actual avión presidencial, helicópteros y cuanta cosa presidentes, primeras damas, ministros y diputados se les ocurrió pedir a ese Gobierno amigo que, ciertamente en reciprocidad al respeto y al apoyo que como nación le dábamos (al igual que el Vaticano y casi todos los otros países centroamericanos), otorgó con generosidad.

Panamá recibía mucho de Taiwán y nosotros solo respaldábamos su causa nacional manteniendo relaciones diplomáticas con ellos y comerciales con China comunista.

Invito tanto a la canciller como al señor presidente a que visiten el Centro Cultural Chino-Panameño, del que mi tío Fermín fue el mayor impulsor y mi padre también uno de sus fundadores. Que se reúnan con la comunidad cuyos fundadores llegaron a este país a trabajar desde lo más humilde y, con laboriosidad, disciplina y honradez, crearon fortuna y prestigio. Que se interesen por saber nuestra opinión, nuestro sentir y que den explicación a esta decepción y amargura que sentimos.

Creo que es el mínimo respeto que merecemos.

ABOGADO Y GESTOR CULTURAL.

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