• 13/03/2018 01:03

Colón: deuda histórica y solidaridad

‘Presidente Varela: Evitemos detonantes sociales, escuche al pueblo colonense'

Panamá está en deuda con el pueblo colonense. No solo por la deuda social, en materia de calidad de vida y desarrollo humano: salud, educación, viviendas, empleo decente, seguridad ciudadana. O, de infraestructura: carreteras y calles, terminal de transporte, construcción de hospitales y escuelas, sistema de drenaje y alcantarillado. Esta, es parte de la gran deuda social, de todo el pueblo panameño.

Además, hay una deuda histórica. Desde la fundación de la República, las luchas por el progreso social y las libertades democráticas, la reivindicación de la soberanía y la panameñización del Canal. Porque Colón siempre ha sido más que la Zona Libre. Su historia es de luchas, resistencia y esperanza. Aquí solo mencionaré:

El 5 de Noviembre de 1903, al asegurar la separación y el nacimiento de la Nueva República. En Colón, el arribo de 500 soldados bien armados, amenazaba ahogar en sangre la separación y abortar a la naciente República. Colón vivió horas de angustia y terror. Nada más elocuente que el telegrama enviado a Panamá por Juan Antonio Henríquez: ‘Solo ahora, 7:30 p. m., puede decirse que la separación de Panamá está asegurada'.

En febrero de 1920, la huelga de trabajadores en la construcción del Canal, contra la discriminación salarial. Sus reivindicaciones: día laboral de ocho horas, tiempo y medio pagado por las horas extras, un día libre pagado por cada domingo o día feriado trabajado. En Colón, casi el 90 % suspendió sus labores. Al llamado del líder obrero William Stoute de evitar toda violencia, la respuesta fue: represión y persecución, el movimiento fue aplastado. Años después, sus banderas reivindicativas se fueron incorporando a los derechos laborales.

Para 1959, Panamá sufría ya por casi 10 años de una grave crisis económica, desempleo y miseria. Desde Colón hacia Panamá, avanza la Marcha del Hambre y la Desesperación. Su movilización fue masiva y entusiasta. Las muestras de solidaridad, emocionantes. Al final, se logra el establecimiento del salario mínimo y la aprobación del Código Agrario.

El heroísmo del pueblo colonense en las gestas de enero de 1964 y el rechazo en 1967 de los Tratados 3 en 1, contribuyó a sentar las bases para la negociación y firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, el pleno ejercicio de nuestra soberanía, la recuperación del Canal y sus beneficios.

Hoy, la vida en Colón no se corresponde con su aporte al progreso social y económico del país. El problema es complejo: faltan un Plan de Desarrollo Integral para la provincia y políticas públicas concertadas para la recuperación y puesta en valor de la ciudad; coincidente con años de retroceso comercial de la Zona Libre y ahora, un Proyecto de Renovación, que debió ser mejor planificado y ordenado. Esta conjunción ha llevado a que la ciudad parezca devastada por una guerra y en el resto de la provincia, haga falta casi de todo.

La ciudad está enferma. Los embalses de aguas servidas, al sedimentarse con el polvo, propician enfermedades respiratorias, gastrointestinales, alergias y conjuntivitis. Las calles están destruidas y provocan daños a los vehículos. La terminal de buses, es ‘tierra de nadie'. La inseguridad, una amenaza latente. En sus comunidades de la Transístmica, de sus costas y montañas: centros educativos en mal estado, faltan educadores; centros de salud en condiciones precarias, faltan médicos, medicinas y ambulancias; falta agua potable.

No nos equivoquemos, la razón de ser de la huelga convocada para hoy, martes 13 de marzo, es reivindicativa, no política.

Máxime que el antecedente del actual Programa fueron precisamente las reivindicaciones del Frente Amplio Colonense, durante la Administración Martinelli.

El colonense creyó en Juan Carlos Varela y voto por él. En justo reconocimiento su toma de posesión culmina en un acto público en Colón, para anunciar este Programa de Renovación Urbana.

Para concretar las soluciones, el camino es la buena política y el diálogo respetuoso. Esta no es hora de radicalismos ni de amenazas ni de la detención preventiva de dirigentes ni de represión.

Colón necesita soluciones, no mártires.

Panamá debe permanecer alerta y solidaria, no para levantar barricadas, más bien para construir puentes. Ante la grave crisis institucional, entre los órganos del Estado; la difícil situación del pueblo por el deterioro de la economía local y la pérdida de credibilidad ante la corrupción e impunidad.

Presidente Varela: Evitemos detonantes sociales, escuche al pueblo colonense.

ECONOMISTA, COORDINADOR DEL MOVIMIENTO PROGRESO.

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