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- 17/03/2022 00:00
Confianza, inversión y consumo
La economía panameña crece, pero el empleo no. El producto interno bruto (PIB), en el 2021, aumentó 15.3 % en relación al año anterior, impulsado por el sector externo, concretamente, las exportaciones de cobre y mayores ingresos del Canal.
La demanda interna sigue deprimida y hay una crisis de desocupación que dificulta el proceso de recuperación de la peor catástrofe laboral de la historia. En el 2020, la empresa privada panameña vio a 648 mil trabajadores asalariados (3 de cada 4 existentes antes de la pandemia) perder sus empleos o suspendérseles sus contratos laborales.
A pesar de que en el 2021 se recuperó parte del terreno perdido, entre el 2019 y 2021 desaparecieron unos 238 mil empleos formales del sector privado, incluyendo a los 30 mil trabajadores cuyos contratos fueron reactivados y luego desvinculados, al tiempo que se agregaron 71 mil servidores públicos a la planilla estatal, que hoy supera los 364 mil funcionarios.
La economía no está generando nuevos empleos. Según registros del Mitradel, en el 2021 se tramitaron 40 % menos nuevos contratos laborales que en el 2019, mientras que los 16 779 nuevos contratos procesados en enero 2022 son 11 % inferiores al promedio mensual del 2021 (18 813) y la mitad de los tramitados en enero 2019 (33 857), lo cual sugiere un agravamiento de la tendencia contractiva e incertidumbre en el clima de inversiones en el país, producto del impacto laboral de ómicron y los eventos en Ucrania.
A octubre 2021, el desempleo se ubicó en 11.3 %, medición que no contabiliza entre la Población Económicamente Activa (PEA) a los más de 610 mil panameños (as) que recibieron el Vale Digital ese mes, porque no encontraron trabajo. De incorporar esta cifra (como ejercicio teórico), el nivel real de desocupación sería del 32 %.
En febrero 2022 fueron 417 121 los beneficiarios, cuya transferencia del Asistencialismo a la Inclusión Productiva antes de finales de junio, que culmina la vigencia del Programa, será imposible sin un plan y generando la mitad de los empleos formales que antes de la pandemia. Actualmente, la prioridad es sanitaria y la única estrategia es la vacunación, que si bien ha sido exitosa, ya la emergencia no es sanitaria, sino socioeconómica.
No existe un plan de reactivación económica ni generación de empleos “per se”. La recuperación de la economía ha sido impulsada por el sector externo. Para cosechar maíz se debe sembrar maíz, y para generar nuevos empleos hace falta “sembrar” confianza, inversión y consumo. Hoy no estamos “sembrando” ninguno de los tres.
No habrá inversión sin confianza ni rentabilización de esta sin consumo. La generación y sostenibilidad de los empleos dependerá de nuestra capacidad para crear demanda interna.
El Estado ha intervenido en el mercado laboral a través de aumentos en la planilla estatal y subsidios. Esto no es sostenible, máxime usando deuda. Su rol es facilitar la generación de empleos formales en el sector privado, creando las condiciones para ello.
Urge generar confianza en el clima para las inversiones, particularmente la Inversión Extranjera Directa (IED), que cayó 86 % en el 2020 y 12 % más en el 2021. En ese contexto, el anuncio del acuerdo de las condiciones para nuevo Contrato entre el Gobierno y Minera Panamá fue, en gran medida, responsable por la mejora de la perspectiva de deuda panameña, de Negativa a Estable, por parte de Fitch Ratings, manteniendo así su Grado de Inversión.
Este Contrato debe ser concretado y ratificado. Pero, paralelamente, la Asamblea Nacional discute la Propuesta de Ley No. 147, que introduce Reformas al Código Minero, que aumentarían las regalías que recibe el país de las empresas, producto de las ganancias desde el sector minero.
Para la comunidad inversionista internacional, esto transmite un mensaje confuso alrededor de la mayor inversión extranjera en la historia del país. Necesitamos IED para desarrollar todos los sectores estratégicos y generar empleos formales, sin los cuales la Caja del Seguro Social (CSS) está condenada a muerte.
La mejor estrategia para atraer IED es la experiencia de los inversionistas que invirtieron en el país. Lamentablemente y con el mayor respeto a los argumentos de las partes involucradas, las contradicciones no solo se circunscriben al tema minero, como lo demuestran las huelgas en empresas extranjeras como Bimbo, Banapiña y los puertos, solo por mencionar unas cuantas, algunas con intervención directa de figuras políticas.
Sin inversión privada no habrá generación de empleos decentes. Pero si no nos proyectamos como un país de diálogo, seguridad, coherencia y reglas claras, la IED no vendrá. ¿Cuáles son las prioridades?